Acaba de arrancar una nueva legislatura y el alcalde de Vila-real, el socialista José Benlloch, ya tiene marcada una hoja de ruta en la que la máxima prioridad es completar «la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU)» que iniciaron «hace más de dos años». Unos cambios para los que requieren un impulso decidido desde la Generalitat, y que el munícipe considera «imprescindibles para lograr una viabilidad económica del Ayuntamiento», por cuanto permitiría que el consistorio obtuviera el aprovechamiento necesario para compensar, al menos, parte de las sentencias judiciales, fruto de la gestión urbanística del último ejecutivo local del PP, «que continuarán afectando a las arcas municipales durante los próximos ejercicios», detalla.

En este sentido, Benlloch insta a la Administración autonómica a «acelerar la modificación del PGOU propuesta por Vila-real (permitirá pasar suelo industrial a residencial en una amplia área ubicada al oeste del casco urbano) para dar una solución viable al problema de los empastres urbanísticos de los gobiernos anteriores del PP y conseguir un equilibrio presupuestario» que les permita «avanzar y tener seguridad para planificar el futuro de la ciudad a medio plazo». Y añade: «Si esto no lo gestionamos bien y con responsabilidad, perderemos muchas oportunidades».

NUEVOS PROBLEMAS // Por otra parte, el munícipe vila-realense hace hincapié: «Tenemos nuevos problemas en la ciudad, fruto de la mejora económica. Son inconvenientes de convivencia en una ciudad viva y también necesitamos aumentar la limpieza y mejorar los parques y jardines, las calles, los caminos rurales, el tránsito y el aparcamiento».

Asimismo, Benlloch insiste en la «distorsión» que genera el hecho de ser «la ciudad de más de 50.000 habitantes más pequeña de la Comunitat y, a su vez, el pueblo más grande». Es por ello que creará «dos grandes áreas de coordinación --de gobierno pueblo y de gobierno ciudad-- con el reto de no perder ni una sola oportunidad de futuro».