Y la europea?». La frase es ya historia de la política española y la pronunció el expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en un evidente enredo durante una entrevista radiofónica en la que respondía sobre el procés catalán y las nacionalidades que tendrían y no tendrían los hipotéticos catalanes independientes. No obstante, el gazapo también sirve como metáfora para evidenciar que las elecciones al Parlamento Europeo, que coinciden con las municipales del 26 de mayo, son las grandes olvidades de la campaña pese a que muchas de las cuestiones que afectan a la vida cotidiana de ciudadanos y empresas se deciden, de forma creciente, en la aparentemente lejana Bruselas. Así que, aunque sea por convenciencia, las europeas también existen (o deberían existir) en Castellón.

El desconocimiento sobre los comicios comunitarios llega al punto de que el Eurobarómetro publicó recientemente un sondeo en el que concluía que solo el 28% de los españoles tenía conocimiento de que estas elecciones eran en mayo. También la participación suele ser inferior a la que se produce en otras citas. Por ejemplo, en las últimas europeas los votantes en la provincia no llegaron por poco al 50% (y eso que Castellón votó por encima de la media española, situada en el 43,8%), más de 25 puntos por debajo de los registrados en las autonómicas de hace dos semanas. No obstante, esta vez se espera una participación mayor al coincidir con las municipales. Pero, ¿por qué esa mitad de castellonenses que no se sintieron atraídos por esos comicios (quizá) deberían replantearse su interés en ellos?

Clave para el azulejo

Seguramente, el principal motivo es que en Bruselas se toman decisiones que afectan de forma evidente a dos de los sectores económicos más importantes de la provincia. Uno de ellos es el azulejo, que hace años que sabe perfectamente la importancia de tener influencia en el ámbito comunitario. La patronal Ascer forma parte de Cerame Unie, un organismo que funciona desde el 1962 como un lobi a escala comunitaria y que defiende los intereses de la industria en aspectos como la energía (con la negociación de la nueva normativa de comercio de emisiones de CO2 como tema estrella la próxima legislatura), el comercio internacional o las investigaciones antidumping que, como ahora en el caso de los países del Golfo Pérsico, ponen en aprietos al principal sector exportador de Castellón.

Otro ejemplo de lo importante que es Europa es el de la cogeneración, clave para la competitividad del sector. El Gobierno español presentó a la Comisión su borrador de Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, que apuesta por cerrar una de cada tres plantas. Ahora dicho documento está siendo revisado por el ejecutivo comunitario, que si lo considera oportuno puede proponer cambios.

La naranja y Sudáfrica

El segundo sector que debe mirar con cada vez más frecuencia más allá de los Pirineos para defender sus intereses es el citrícola. Y no solo porque el Viejo Continente sea el destino de más del 90% de sus exportaciones, sino también porque es allí donde se han tomado --y se tomarán-- decisiones cruciales para la naranja. No es inocente que en esta pésima campaña tanto la interprofesional Intercitrus como el president Puig hayan marcado como objetivo crear un lobi en Bruselas.

La Plataforma per la Dignitat del Llaurador ha puesto en el centro de sus reivindicaciones la competencia de países como Sudáfrica o Egipto, llegando a pedir la activación de cláusulas de salvaguardia o la propia revisión de los tratados de libre comercio. Es decir, situando a Europa como actor decisivo. Pero si algo debe enseñar la situación vivida esta temporada es la importancia de estar en Bruselas (también con europarlamentarios exigentes) para adelantarse a las posibles consecuencias de acuerdos que, aún sin ser específicos del sector, sí condicionan su futuro de forma evidente.

La salida del Reino Unido

Otra cuestión en la que el futuro Parlamento Europeo tendrá mucho que decir es la de un brexit enquistado pero que afecta a Castellón por el nivel de exportaciones y porque en algunos puntos de la provincia existen importantes colonias británicas. Pero son muchas las cuestiones que se deciden en las instituciones europeas y que conciernen a la ciudadanía, como el fin de los plásticos de usar y tirar, la política migratoria o el fin del cambio de hora. Así que antes de considerar las europeas como unas elecciones de segunda, quizá sea mejor hacer una reflexión al respecto.