Ximo Puig recordó ayer al presidente del Gobierno de España, el también socialista Pedro Sánchez, sus deudas con la Comunitat. Tras prometer su cargo como president de la Generalitat en valenciano --sobre la Constitución y el Estatut-- ante un hemiciclo de Les Corts abarrotado por invitados que acudieron a arroparle en el último acto formal del proceso de elección del máximo líder del Consell, Puig volvió a ser muy claro al reivindicar que solucionar en esta legislatura el problema valenciano de la financiación es «irrenunciable, inaplazable e imprescindible» para la Comunitat, y también para España.

El president expresó su confianza en que pronto haya Gobierno en España y se confirme la voluntad que ya fue expresada reiteradamente por Pedro Sánchez de abordar la «financiación justa» para la Comunitat, que no quiere «privilegios», sino «justicia».

«Nuestro mensaje es claro: lo que es bueno para la Comunitat Valenciana es bueno para España», subrayó el president, quien añadió que el cambio de modelo de financiación, las inversiones «adecuadas» en los Presupuestos Generales del Estado y la solución a la deuda son «las urgencias» que tienen por delante.

En un discurso más cargado de mensajes emotivos que en el de su sesión de investidura, hace escasos días y en el mismo escenario, el morellano quiso resaltar la importancia de los «valores del humanismo» para frenar a quienes pretenden «retrotraer» a la Comunitat Valenciana a un «pasado de crispación y violencia», en una referencia a las formaciones de la ultraderecha, ahora con representación en Les Corts por primera vez en la historia del parlamento autonómico valenciano.

los compromisos // En el capítulo de los compromisos, Ximo Puig, quien ocupa la presidencia de la Generalitat por segunda vez consecutiva, se comprometió a afrontar los retos de la lucha contra el cambio climático, la creación de empleo de calidad, el derecho a una vivienda digna, el impulso a la innovación y, sobre todo, acabar con el terrorismo machista.

El president instó a «todas y a todos, sin excepción» a conjurarse para ganar el futuro labrando el presente y pasando página del pasado, «sin desmemoria» y con la «conciencia cívica de aprender de los errores para ir tejiendo los aciertos», todo ello «con realismo, concordia y optimismo».

«Os prometo que gobernaré para todos», enfatizó Ximo Puig, quien solicitó durante el cierre de su intervención avanzar todos «codo con codo» para que «el momento valenciano sea la oportunidad valenciana», y también para conquistar desde ahora mismo

«cada instante del hoy, cada rincón del mañana», manifestó.

En un discurso en el que alternó el castellano y el valenciano, que reivindicó con énfasis, quiso poner en valor que su «obsesión» y «determinación» ha sido y será impulsar las instituciones como un instrumento democrático al servicio de las personas, y pidió levantar la cabeza «bien alta» desde este «gran pueblo» que es la Comunitat Valenciana.

«siempre hacia adelante» // «Tenemos el deber moral, ético y político, de levantar una Comunitat mejor», aseguró Puig, quien puso de relieve que comienza ahora una «nueva etapa en la que hay que darlo todo para ir siempre adelante y que el mundo sea mejor», como decía la maestra republicana Alejandra Soler.

El president reivindicó la importancia del autogobierno valenciano, del de que matizó que no puede ser nunca «autocomplacencia folclórica», así como valoró los 600 años de historia de la Generalitat, institución que es fruto de la «tradición de pactar» de los valencianos, ya que pactar es «la única manera de avanzar sin ruptura».

la comunitat en europa// Ximo Puig hizo un llamamiento a situar a la Comunitat en «la Europa del siglo XXI» y a afrontar con «la máxima determinación y sin ningún conformismo» los grandes retos de futuro. Tuvo además, al cierre de su intervención, palabras de agradecimiento a los diputados que le han otorgado su confianza, en especial a Mónica Oltra (Compromís), Rubén Martínez Dalmau (Unides Podem) y Manolo Mata (PSPV), así como a la familia, y al pueblo valenciano, al que le estará «eternamente agradecido» por el «privilegio» que le han concedido.