Abrir las puertas del despacho castellonense Séneor Laboral en el centro de la capital de la Plana --calle Mayor, 53-- es adentrarse en la historia más reciente de las relaciones laborales de la provincia de Castellón y también del resto del terriorio español, por su proyección nacional. En la actualidad, más de 25 profesionales especializados en derecho laboral integran la plantilla de Séneor Laboral y, además de la sede central de Castellón, cuenta con oficinas en València, Barcelona y Madrid. Vicent Arrandis (Sueras, 1973), socio director del despacho, es un profesional apasionado del derecho del trabajo y tiene muy claro que, hasta el momento, no cambiaría nada de lo que ha hecho en la vida. Abogado, graduado social, profesor de Derecho, autor de numerosas publicaciones, asiduo conferenciante, consejero de varias empresas y socio director de una de las boutiques laboralistas más conocida de España según la revista Emprendedores en su Guía Jurídica y Fiscal 2017, analiza la actualidad y las diferentes facetas relacionadas con su cometido profesional.

-EVA COLOM: ¿Cómo puede un despacho de abogados con sede en Castellón llegar a operar en toda España?

-VICENT ARRANDIS: El derecho y las nuevas tecnologías han hecho posible lo que antes no hubiéramos imaginado. En el futuro sólo habrá dos tipos de empresas: las que existen en internet y las que no existen, y en Séneor Laboral hemos apostado por las nuevas tecnologías. Somos y seguiremos siendo castelloneros de soca con proyección universal. Séneor Laboral es un claro ejemplo de que hoy no existen fronteras.

-E.C.: ¿A qué razones atribuye el éxito alcanzado por su firma en el área en la que desarrolla su labor profesional?

-V. A.: Los despachos tradicionales resuelven conflictos. En Séneor Laboral aplicamos derecho preventivo. Nuestros profesionales son laboralistas muy cualificados, con un excelente nivel técnico, saben negociar y llegar a acuerdos. Los sindicatos no son nuestros enemigos, pueden ser nuestros adversarios en momentos puntuales pero, en la mayoría de las ocasiones, nos ayudan con su diálogo, consenso y negociación a mejorar las relaciones laborales en las empresas.

-E.C.: Una parte de su grupo dedicado a otras disciplinas del derecho ha sido adquirido por la multinacional alemana ETL y, sin embargo, Séneor Laboral no ha querido vender. ¿Por qué han tomado esa decisión?

-V. A.: A pesar de ser un despacho importante no queremos perder nuestra independencia. Queremos seguir siendo artesanos del derecho del trabajo. El éxito o fracaso de un despacho no lo marca la dimensión. La media de edad de los socios del despacho es de 40 años y queremos seguir desarrollando nuestro plan estratégico y ser partícipes de él. Si hay oportunidad de crecer más, Séneor Laboral crecerá. Tenemos una gran fortaleza de servicio y adaptabilidad a nuestros clientes difícil de copiar incluso para las grandes firmas.

-E.C.: ¿Sigue teniendo España un modelo de relaciones laborales basado en la temporalidad?

-V. A.: El modelo de relaciones laborales actual en nuestro país está obsoleto y requiere un nuevo pacto social. Soy partidario de reforzar el papel de los agentes sociales y de la negociación colectiva. Los datos son indiscutibles. Según datos del Eurostat, en España tan sólo uno de cada diez empleados temporales se convierte a fijo. Tenemos contratos cada vez más cortos y peor pagados. Hay que salir de la trampa de la temporalidad. El salario de un empleado fijo es un 33,1% superior al de uno temporal y la revolución digital está aumentando la precariedad si no la regulamos eficazmente.

-E.C.: ¿La flexibilidad laboral que necesitan las empresas es contraria, en su opinión, a los intereses del trabajador?

-V. A.: En absoluto. Ahí juega un papel clave y muy importante la negociación colectiva, que hay que incentivar y no atacar. Las empresas interactúan en entornos cambiantes y dinámicos, y necesitan flexibilidad de sus empleados en ámbitos como, por ejemplo, el horario, las funciones o la movilidad geográfica, pero eso debe ser compatible con que la gente necesita flexibilidad para conciliar su vida laboral y familiar en entornos, parámetros y hábitos sociales nuevos. Ahí debe residir el punto de inflexión recíproco y de consenso en las relaciones laborales.

-E.C.: ¿Qué cree que va a ocurrir con los salarios en los próximos años?

-V. A.: España es el país donde más ha crecido la desigualdad entre los miembros de la OCDE, solo por detrás de Bulgaria. La hora trabajada en España es casi 10 euros más barata que en la media de la zona euro. Los bajos salarios son sinónimo de elevada rotación que, a su vez, hace que la productividad sea baja y, por tanto, ponga en riesgo la economía. La recuperación económica debe dotar a las empresas de margen para subir salarios e invertir en tecnología. No se puede elevar la productividad de un país si no hay salarios decentes. Es una apuesta de futuro que no debemos perder de vista. En Castellón las estrategias jurídicas de paralizar la negociación colectiva de algunos convenios colectivos como son el transporte y la hostelería no benefician a nadie, ni siquiera a los empresarios que tendrán que enfrentarse en el futuro a una conflictividad que considero innecesaria.

-E.C.: ¿Cómo se construye la paz social en las empresas?

-V. A.: Mire, hace un momento estaba leyendo el Código Ético y el Plan de Responsabilidad Corporativa de Unión de Mutuas y pensaba que era un reflejo claro y evidente del camino a seguir y de la buena gestión de una entidad en pro de la paz social. En un entorno cambiante y muy exigente como el actual, la sociedad demanda comportamientos transparentes y responsables. Los empresarios de Castellón fuimos, por ejemplo, muy poco críticos con todo lo ocurrido en la Confederación de Empresarios de Castellón (CEC). Ese tipo de situaciones no pueden volver a repetirse.

-E.C.: ¿Usted es partidario, entonces, de la creación de la patronal autonómica Confederación Empresarial Valenciana (CEV)?

-V. A.: Rotundamente sí, pero sin olvidar que el empresario de Castellón debe tener un peso importante en cuanto a participación y decisión en este tipo de instituciones, que integran a los máximos responsables de las mercantiles de toda la Comunitat.

-E.C.: En su opinión profesional y con la experiencia que atesora, ¿qué perfil de trabajadores y directivos piden las empresas?

-V. A.: Gente con flexibilidad, compromiso y aprendizaje permanente. La aptitud se puede aprender en un curso, pero la actitud tiene un efecto multiplicador. Innovar ya no es una opción; si no lo haces, te caes. Y para innovar hay que atraer y retener al mejor talento. Ese es el gran reto de los departamentos de Recursos Humanos (RRHH) de las empresas. Los trabajos del futuro tendrán un componente tecnológico y estarán centrados en la creatividad, pero las habilidades comerciales seguirán siendo muy necesarias. Hay que enseñar a la gente a pensar más y no darle tanto conocimiento. Pensar es más importante y la información es el petróleo del siglo XXI.

-E.C.: ¿Llegaremos a ver en España la implantación del trabajo desde casa?

-V. A.: Mire, varios países y empresas como Toyota han desarrollado una estrategia para fomentar el teletrabajo, pero en España esa flexibilidad laboral aún está inmadura. El derecho del trabajo necesita adaptarse a las nuevas formas de trabajo que trae la revolución digital. Sólo el 27% de las empresas españolas ha implantado planes para trabajar fuera de la oficina. El teletrabajo contribuye a la conciliación de la vida laboral y familiar, al ahorro de costes y reduce el absentismo. Obviamente ello no significa estar a disposición de la empresa 24 horas al día. Hay que garantizar el derecho a desconectar, al descanso, como recientemente ha legislado Francia.

-E.C.: ¿Cree que los robots y la automatización en la industria constituyen una amenaza para los puestos de trabajo?

-V. A.: La era digital y sus posibilidades nos pilla a todos por sorpresa. La automatización está provocando, hoy por hoy, una ingente destrucción de empleo, que, sin duda, se acentuará. Sin embargo, soy optimista y creo que en los próximos 30 años, los robots van a crear nuevos servicios y, por tanto, más empleos de los que van a destruir. Los contratos los seguirán firmando las personas y ellas seguirán siendo el factor diferencial de una empresa. La tecnología no puede sustituir al hombre a la hora de pensar. Tenemos que construir una sociedad en la que la riqueza tecnológica se reparta.

-E.C.: ¿Es usted partidario de la renta básica universal?

-V. A.: Como dice Rutger Bregman, autor de Utopía para realistas, la renta básica universal sería el mayor logro del capitalismo. Creo que es posible pero su obstáculo es ideológico. Hay que asegurar una renta básica a las personas cuyos trabajos han empezado a desempeñar las máquinas. Le doy sólo un dato que ha pasado desapercibido: esta semana el Parlamento Europeo ha instado a la Comisión Europea (CE) a elaborar una directiva que establezca una renta mínima para los ciudadanos.

-E.C.: ¿Cómo será el empleo si nos tenemos que jubilar a los 70 años?

-V. A.: España es un país cada vez más envejecido. No tiene por qué ser un cambio dramático. Se trata de adaptarse a una nueva realidad económica y biológica. A mayor edad, más inteligencia. A Carlos Slim, emprendedor y uno de los hombres más ricos del mundo, se le atribuye la frase de que «los 60 años son los nuevos 30», es decir, una persona que el siglo pasado tenía 70 se puede comparar con la que hoy tenga 40 ó 50 años.

-E.C.: Entonces, usted, por lo que indica, es partidario de retrasar la edad de jubilación...

-V. A.: Soy partidario de un pacto intergeneracional que refuerce el sistema de pensiones. Mire, la esperanza de vida en España es de las más altas del mundo (80 años, en el caso de los hombres, y 86 años, en el de las mujeres). En la próxima década comenzarán a jubilarse las generaciones de la explosión de la natalidad de la década de los años 60 y 70. Hoy las pensiones que se dan de alta son un 30% mayores que las que se dan de baja por fallecimiento. Hay que prolongar la edad de jubilación hasta los 70 años. El gasto en pensiones ha crecido en los últimos 20 años un 215%. La Seguridad Social paga a cada pensionista una media de 25 años cuando había previsto 10. Hay que incentivar de forma sencilla las cuentas de ahorro personales. Los jóvenes no tienen hoy capacidad de ahorro para financiar su futura jubilación, la gente no es consciente de que, con las últimas reformas, las pensiones en la próxima década se recortarán un 20%. Existe un desequilibrio en las pensiones: cada euro cotizado genera un derecho a cobrar 1,4 euros.

-E.C.: ¿Considera que el absentismo es un problema en las empresas hoy en día?

-V. A.: Sí. Más de 880.000 trabajadores no acuden a su empleo ningún día del año y las bajas por enfermedad común han superado, en el año 2016, la cifra de 4,5 millones, un 15% más que en 2015. El 28% de las ausencias se produce los lunes y el 20%, los martes. Son necesarios cambios legislativos consensuados con los agentes sociales para combatir el absentismo. Más de la mitad de la empresas españolas no mide los costes del absentismo laboral.

-E.C.: Usted tiene también despacho en Barcelona. ¿Cómo está viviendo la crisis en Cataluña?

-V. A.: Viajo a Barcelona casi todas las semanas por trabajo desde hace muchos años y hay una parte de la sociedad que, por muy legítimas que sean sus reivindicaciones, debe de entender que no se puede hacer un país mejor violentando a la gente. Frente a la rauxa urge recuperar el seny, la cordialidad, sin insultos ni banderas de discordia. A nivel económico es muy preocupante. Cataluña es la fábrica de España en un país donde la industria ya solo supone el 12% del empleo. Si no ponemos remedio a esta situación, algún día cuando contemos esto a nuestros hijos nos avergonzaremos.