El pasado 26 de junio volvimos a concurrir por segunda vez en seis meses a unas elecciones generales, en busca de formar gobierno que nos debería llevar a la andadura de la 12ª legislatura.

Tras la decisión en las urnas de las españolas y los españoles es ahora cuando los políticos deben intentar formar gobierno y que no vuelva a pasar como en las anteriores elecciones del pasado mes de diciembre en las que, al no ponerse de acuerdo, se tuvieron que volver a convocar elecciones, cosa que no había ocurrido jamás en la democracia española.

A la ciudadanía de a pie lo único que le preocupa es tener un trabajo lo más digno posible, que no esté asfixiado en los pagos (no haya subidas en los recibos de la luz, ni de gas), que no haya recortes en temas básicos del estado del bienestar como la sanidad o la educación y que esté asegurada la hucha de las pensiones.

Después de las elecciones del 26J, entramos en una espiral donde todos son ganadores. Todos los partidos políticos han ganado las elecciones. Pero, ¿y quiénes son los perdedores? Los auténticos derrotados en estos pasados comicios han sido los españoles y las españolas, que han visto cómo el Estado ha tenido que hacer un gasto innecesario en unas elecciones por culpa de no ponerse de acuerdo los 350 diputados de la cámara. Ahora, los que de verdad deben ser los ganadores son los ciudadanos y las ciudadanas si se consiguiera formar un gobierno y no se llegara a unas hipotéticas terceras elecciones, un camino por el que vamos.

En los últimos procesos electorales en los que se ha concurrido, ya sean municipales y autonómicas o las generales, lo que sí se ha puesto de manifiesto es que se acabaron las mayorías absolutas y que los españoles y las españolas quieren que prime el diálogo entre los partidos y funcionen los consensos y acuerdos para buscar el bien de la ciudadanía. Llevamos nueve meses con un gobierno en funciones e inestable, cosa que no es buena para nuestro país.

Hay una fecha próxima en el horizonte que es clara. Es el 19 de julio. Fecha fijada en el decreto de convocatoria de los comicios para la constitución de las Cortes Generales.

A partir de ese momento, el jefe del Estado abrirá una ronda de contactos en cuanto se haya constituido el Congreso para proponer posible candidato a presidente de Gobierno. ¿Os suena de algo esto? Claro que sí. Lo mismo que hemos pasado hace tan solo unos meses. Esto es el día de la marmota. Otra vez lo mismo y la ciudadanía se están empezando a cansar del tema.

Una vez se haya propuesto un candidato, la mesa del Congreso tendrá que fijar una fecha para la investidura que podría ser antes de finalizar el mes de julio.

Pero pongamos los pies en el suelo. A la ciudadanía le preocupan los problemas más cercanos, es decir, la política local y sus problemas más próximos; que haya una buena gestión municipal y que se destinen correctamente nuestros impuestos, primando la participación ciudadana y la transparencia; que las calles, plazas y solares estén limpios...

Cada vez son más las vecinas y los vecinos que no confían en la clase política y cada vez son más los que prefieren dirigirse a los representantes de sus asociaciones de vecinos para plantearles sus problemas del día a día porque, como ellos dicen, “a vosotros os tengo siempre”.

Concluyo haciendo una pequeña reflexión: ¿Y tras las elecciones del 26J? Esperemos que no haya unos terceros comicios antes de finalizar el año porque si los hubiera es para que nadie vaya a votar.

Y para que no ocurra esto, ¿por qué no se establece que el primer acuerdo que tomen los diputados en el Congreso sea que hasta que no se conforme gobierno no cobre ninguno de ellos? H

*Presidente Federación Coordinadora de Entidades Ciudadanas Castellón (COASVECA)