Queridos diocesanos: Nos disponemos a vivir con alegría este mes de octubre un mes misionero extraordinario en toda la Iglesia. Ha sido convocado por el Papa Francisco para preparar la conmemoración de los 100 años de la Carta Apostólica Maximum Illud del papa Benedicto XV, publicada el 30 de noviembre de 1919; con ella, el Papa dio un nuevo impulso al compromiso misionero de anunciar el Evangelio, recién terminada la I Guerra Mundial.

«La Iglesia de Dios es católica y propia de todos los pueblos y naciones», escribió; ante el desastre de la guerra, el Papa exhortaba a la misión; a la vez, rechazaba cualquier forma de búsqueda de un interés ajeno a la misma, ya que su única razón está sólo en el anuncio y la caridad del Señor Jesús, que se difunden con la santidad de vida y las buenas obras. «Quien predica a Dios, sea hombre de Dios», exhortaba.

Aprovechando esta circunstancia, el papa Francisco nos invita a todos los bautizados a orar y reflexionar sobre la missio ad gentes, es decir, sobre la misión que Jesús nos ha encomendado a todos los cristianos de todos los tiempos. Esta misión de Jesús es lo que nos identifica como cristianos, como comunidades cristianas y como Iglesia diocesana.

Este mes misionero extraordinario es un momento de gracia para «despertar aún más la conciencia misionera de la missio ad gentes y retomar con un nuevo impulso la transformación misionera de la vida y de la pastoral… para que todos los fieles lleven en su corazón el anuncio del Evangelio y la conversión misionera y evangelizadora de las propias comunidades; para que crezca el amor por la misión, que es una pasión por Jesús, pero, al mismo tiempo, una pasión por su pueblo” (Francisco).

Que este mes misionero extraordinario sea un tiempo de gracia en que intensifiquemos de manera especial la oración y el anuncio del Evangelio.

*Obispo de Segorbe-Castellón