Burriana logró con su esfuerzo generar ahorros en época de crisis. Lo consiguió gracias a la gestión austera y responsable que cualquier familia aplica en su economía doméstica. Y los resultados de este compromiso se percibieron este 2016. Un presupuesto de 1,2 millones más que en 2015 y una liquidación favorable de 1,3 millones resumen el tesón que los vecinos de Burriana imprimieron para salir de la crisis. Este esfuerzo, que el tripartito recibió en 2016, se ha traducido en beneficio cero para las familias. Quince meses de gestión han sido suficientes para poner fin a la política de reducción del endeudamiento que aplicamos durante años. Esa que ha provocado que la nueva política, la de los gestos, perciba más de dos millones de euros en ahorros que, sin embargo, no se han traducido en bajada de impuestos a nuestros vecinos.

Esperamos que 2017 sea la fecha escogida por el tripartito para aplicar su cacareado cambio. El que priorice a las personas, tal y como anunciaron, porque de lo contrario demostrarán que la piel del cordero esconde al depredador. El que lejos de ayudar a quienes lo necesitan sigue a su zaga hasta la extenuación.

Las familias, recuerden, las que venían a rescatar y a alimentar. Las mismas para las que reclamamos una oferta laboral que llevamos esperando cerca de año y medio y no llega. Todavía hoy seguimos a la espera de oportunidades que generen ingresos y atraigan capitales e inversión. Las mismas que muchos vecinos confiaron que llegarían de manos de una nueva política que lejos de salvar Burriana conduce a la ciudad hacia un futuro incierto, sin esperanza. H

*Portavoz del PP en Burriana