A primera hora de la mañana de ayer se hizo oficial que la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, había dado un golpe sobre la mesa y había cesado a su delegado de Economía y Hacienda, Carlos Sáchez Mato. La razón: el haberse negado a avalar el nuevo plan económico y financiero de la capital que, esta vez sí, contaba con el aval del ministro Cristóbal Montoro y cuya aprobación suponía terminar con la intervención de las cuentas de la capital. Dicho plan se sometió a votación unas horas después de conocerse la destitución y contó con los votos de los ediles del grupo popular, el rechazo de PSOE y Ciudadanos y la ausencia de seis ediles de la propia Carmena, lo que evidencia la profundidad de la crisis que se ha abierto en el gobierno del consistorio. La caída de Sánchez Mato es significativa.

LAS PACES CON MONTORO / «No podía permitir que el concejal de Hacienda no apoye la propuesta que él mismo había dirigido al Pleno», dijo Carmena ante los periodistas, después de agradecer el trabajo que había realizado en los últimos tiempos. Sánchez Mato había anunciado previamente que no pensaba acudir al Ayuntamiento a votar el nuevo plan económico con el que Madrid iba a hacer las paces con Montoro. Y no lo hizo, como otros cinco ediles (los dos de IU, Mauricio Valiente y Yolanda Rodríguez y los tres de Ganemos, Rommy Arce, Pablo Carmona y Montserrat Galcerán). Pero a él le costó el puesto.

FIN DEL TUTELAJE / Al malestar que provocó en el seno del gobierno municipal la destitución del edil de Hacienda y su sustitución por Jorge García Castaño hay que sumar que otros tres concejales, Celia Mayer, Javier Barbero y Guillermo Zapata expresaron sus dudas sobre si deben continuar o no en el equipo de Carmena. No obstante la alcaldesa aseguró que lo único que le habían dicho a ella personalmente es que buscaban «más participación». En un comunicado, el consistorio madrileño reconoció que el ministerio de Hacienda había dado su «visto bueno» al nuevo plan económico y financiero, el tercero presentado desde la capital este año y que logra levantar el «tutelaje» en las cuentas municipales por parte del Ejecutivo central.

Sin embargo también ha logrado dividir al equipo de Carmena, que no consigue ponerse de acuerdo sobre las bondades del «recorte de gasto» al que obliga Hacienda. En este contexto y ante la tormenta desatada, la alcaldesa de Madrid avisa que habrá reorganización en el reparto de distritos y, obviamente, queda una herida profunda en el seno de la plataforma que se consolidó en su día alrededor de la magistrada Carmena para lograr el ayuntamiento de la capital. Eso en un momento en que se empieza a hablar sobre si ella repetirá o no como candidata en los próximos comicios.