Si llamativo es el cambio de postura del PSOE o el debate en Podemos entre la moderación ‘errejonista’ y la agitación de Pablo Iglesias, en la derecha también se está produciendo una modificación del relato sustancial ante la obligación de enterrar el rodillo parlamentario de los últimos cuatro años para abrirse a una legislatura que ya ha bautizado como “colaborativa”.

Mariano Rajoy apuntaló el cambio de tono y estrategia en la primera parte del debate de investidura, con ofertas de diálogo a PSOE y Ciudadanos. Y el ‘argumentario’ que el PP ha enviado este viernes -como digestión de la sesión inicial y anticipo de la de este sábado- reclama a todos sus cargos que divulguen precisamente, conforme a lo señalado en el Congreso por el presidente, que “la demonización del adversario ya no funciona”.

Para amplificar el nuevo discurso, vicesecretarios populares han copado este viernes platós y estudios radiofónicos, en los que han tratado de inocular la idea de que, en el imaginario conservador, ha calado la necesidad de “tender la mano”. Javier Maroto, no obstante, ha reconocido que “el cambio de mentalidad”, tanto del PSOE como del PP, después de años de enfrentamiento, requiere de un “proceso” de adaptación. En dicha mutación, él ha defendido mostrar “máxima predisposición” al diálogo, “humildad” y “autocrítica”, poniéndose "en el lugar del otro”. Si el nuevo Gobierno actúa conforme a estos principios, ha vaticinado, podrá alcanzar la codiciada meta de que los socialistas apoyen los presupuestos.

LA CONTRADICCIÓN

El problema de la renovada estrategia conservadora es que la suavidad y el intento de acercamiento al PSOE puede impulsar a Podemos a conseguir su meta: erigirse en líder de la oposición. Según fuentes populares, cómo atacar -o defenderse- de la formación morada no ha sido aún analizado a fondo en las reuniones internas porque, a su juicio, es un problema que preocupa más al PSOE que al PP.

Rajoy recurrió en el debate a la ironía y al tono paternalista para tratar de desmontar a Iglesias. Y, en un calculado reparto de papeles, dejó al portavoz popular, Rafael Hernando, las críticas más ácidas, lo que trajo consigo, como contragolpe, el polémico gesto de los morados de abandonar el hemiciclo. Este viernes los populares se han empleado con saña contra Podemos, partido que han situado en la “antipolítica”, el “show” permanente e infantil, “la bronca en la calle” y la inutilidad en las instituciones.

Pero, al mismo tiempo, se han esforzado en subrayar que “el líder de la oposición no es el que más grita”, sino aquel que “pensando distinto es capaz de ofrecer alternativas” y ser “constructivo”. Todo en busca de no achicar el papel de los socialistas y dar más alas, si cabe, a los "antisistema".

Soraya Saénz de Santamaría se ha unido al coro al lanzar un mensaje al PSOE, tras el último Consejo de Ministros en funciones. La vicepresidenta ha considerado que el papel opositor “no es oponerse a todo”, sino también “controlar” y dar “impulso” al Gobierno “dando alternativas”. “Cuando uno se limita a exponer sus críticas, su labor de oposición está mermada”, ha aseverado, informa Pilar Santos.