La Mesa del Parlament decidirá la semana que viene si inicia un proceso para reprobar o no a los diputados de la CUP que rompieron fotos de Felipe VI en la sala de prensa de la Cámara catalana. El PPC ha reclamado este martes que se tomen medidas en ese sentido al considerar que los representantes anticapitalistas vulneraron el código de conducta de la institución, pero el órgano que dirige Carme Forcadell ha aplazado la votación siete días. Será entonces cuando todo quede en manos de JxSí: sus cuatro diputados (de los siete que tiene la Mesa) decidirán si el tema queda zanjado (lo más probable) o si se abre una 'investigación' sobre lo ocurrido.

Según el portavoz parlamentario del PPC, Alejandro Fernández, los seis diputados de la CUP han incumplido los artículos 7 y 8 del código de conducta de la Cámara catalana, referentes a una "actitud ejemplar", "respetuosa" con todas la ideologías y a la utilización de un lenguaje y la actitud". "La libertad de expresión tiene unos límites", ha defendido. En la misma línea se ha pronunciado el secretario de comunicación de Ciudadanos, Fernando de Páramo, que también ha anunciado que pedirán la reprobación de los anticapitalistas y que ha aprovechado para vincular lo ocurrido en la Cámara este lunes con el "clima de crispación que se vive en Cataluña, con ataques, amenazas y atentados directos a la democracia".

POCAS PROBABILIDADES

En todo caso, las probabilidades de que esas reclamaciones prosperen son prácticamente nulas porque difícilmente JxSí permitirá que pasen el filtro. Si lo hiciera, los hechos pasarían a debatirse en la comisión del Estatut dels Diputats, que emitiría un informe que posteriormente debería votar la mesa para aprobar o no la "amonestación pública". Al contrario de PPC y C's, dirigentes de la coalición de CDC y ERC han alegado que el comportamiento de los diputados cuperos se enmarca en la "libertad de expresión", la misma argumentación empleada por Cataluña Sí que es Pot. Albano Dante Fachin, dirigente de este último grupo, ha añadido además que toda esta polémica con la rotura de fotos "no es más que una cortina de humo del PP" para esconder sus políticas contra la sanidad y la educación públicas". "Este es un debate estéril que forma parte de la deriva autoritaria de un partido que impulsó la 'ley mordaza'", ha rematado.

En cuanto al PSC, su portavoz, Eva Granados, ha evitado hacer el juego a unos u otros: "Nosotros no somos partidarios de seguir escalando en la confrontación y en la gesticulación. Nos gustaría que se bajara el tono", ha afirmado.