José Manuel Rodríguez Uribes (Valencia, 1968), exdelegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid y hasta el momento portavoz adjunto del PSOE en la Asamblea de Madrid, recibió ayer la cartera de ministro de Cultura y Deporte de manos de José Guirao, que ha desempeñado el cargo el último año y medio.

Fue un acto multitudinario repleto de caras conocidas de las diferentes industrias culturales que aglutina el ministerio y de políticos cercanos a Rodríguez Uribes, como Ángel Gabilondo. Sin embargo, en el ambiente también se podía percibir una cierta tristeza por la salida de Guirao, que ha logrado ganarse la confianza de los distintos sectores en un tiempo récord.

«Los ministros no hacen la cultura, la hacen los creadores y los ciudadanos», dijo Guirao en su discurso de despedida. «Si algún mérito ha tenido mi gabinete durante este tiempo ha sido la magnífica interlocución y el diálogo activo que hemos tenido con todos los sectores». También añadió que de todos los sentidos que ha de tener un ministro, el más importante es el del oído, para poder escuchar a todo el mundo. «La cultura es un territorio de encuentro y de consenso», culminó, no sin antes recordar al nuevo ministro que son muchos los decretos y proyectos de ley desarrollados durante su mandato.

Rodríguez Uribes recogió el testigo asegurando que regará bien todas las semillas plantadas por Guirao para que sigan creciendo. «La cultura es el cine, la música, el teatro, los museos, pero me gustaría dar una visión complementaria, la de los valores. Solo así podremos contribuir a impulsar la ética del público».

El nuevo ministro recordó a sus dos grandes mentores, los fallecidos Gregorio Peces-Barba y Alfredo Pérez-Rubalcaba. El primero fue el director de su tesis y el segundo se convirtió en su padrino al ponerlo al frente del gabinete de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo, momento en que se inició en el ámbito político con Rodríguez Zapatero.

Rodríguez Uribes manifestó que, además de oído, intentará agudizar la vista, ya que «para poder convivir hay que tener en cuenta la mirada del otro». En definitiva, escuchar, dialogar y buscar acuerdos a los problemas fueron sus promesas en este acto de toma de posesión de la cartera en el Ministerio de Cultura. Entre sus próximos retos, la futura ley de mecenazgo, la negociación de la colección Thyssen y la intervención de la SGAE.