Además de algunos retoques en el desarrollo de la Passió, este año se ha previsto una mejora notable en el número de asientos disponibles para los espectadores. De las más de 300 sillas dispuestas el pasado año se ha pasa a unas 700. De ellas, habrá un espacio destinado a las personas con discapacidad y movilidad reducida, que no solo podrán ver la evolución de los actores, sino que también podrán acudir a la plaza de la Iglesia, gracias a la colaboración de la Cruz Roja con sus vehículos. Uno de los momentos más intensos de la representación será el Vía Crucis, que se llevará a cabo por las calles próximas a la representación, y en el que se anima a la participación activa de los asistentes. Tras varias semanas de ensayos, el resultado de este trabajo se dará a conocer ante los vecinos de Alcalà y visitantes, con Cristian Mañes que volverá a hacer de Jesús, y la labor de Juan Antonio Simó como director.