El patrimonio es uno de los principales atractivos turísticos de Nules. Sus singulares características y una historia dibujada en este territorio por las diferentes civilizaciones y épocas históricas en las que la zona estuvo habitada tienen su reflejo en un producto promocional que complementa las características propias de la playa de este municipio, con los valores naturales y los patrimoniales.

Se trata de un trabajo continuado que no solo ha consistido en proteger edificios, construcciones y yacimientos históricos, sino también en mostrarlos como seña de identidad de una población con una pasado lleno de hitos de gran relevancia.

MASCARELL, EN OBRAS

Hablar de patrimonio y Nules sin destacar de manera especial Mascarell, es imposible. Sobre todo porque en la actualidad se está llevando a cabo un proyecto ambicioso y muy reivindicado por vecinos y Ayuntamiento: la pavimentación peatonal de las calles intramuros. Si bien Mascarell ha dejado de ser una joya patrimonial olvidada desde que se organiza su exitosa Feria Medieval, para consolidar esos logros se requerían inversiones de puesta en valor como la mencionada.

La historia camina a través de las calles de Nules, como atestiguan sus dos museos, el de Medallística --único de esta temática en España-- y el de historia; las iglesias Arciprestal, de la Inmaculada o el Convento, las ermitas que se dispersan por la población, la recuperada antigua Cámara Agraria, el propio ayuntamiento, unos testimonios arquitectónicos que definen el desarrollo de esta población, como también lo hacen la Villa Romana del Benicató --que en febrero fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por la Generlaitat y donde se ha iniciado una nueva campaña de excavaciones --, que de un tiempo a esta parte acoge iniciativas tan interesantes como las visitas guiadas y teatralizadas --que también se realizan en Mascarell--, que permiten a quienes participan en ellas hacerse una idea más aproximada de cómo era la vida en estos lugares cuando se encontraban en su momento de mayor desarrollo.

De un pasado más reciente y más doloroso, que dejó una huella implacable en la memoria de los vecinos dejan testimonio los búnkeres de la guerra civil, que hoy forman parte de una ruta de patrimonio bélico que el Ayuntamiento ha señalizado en su totalidad, con el único objetivo de recordar lo que sucedió y evitar así que vuelva a repetirse.

Pero, sin lugar a dudas, una de las mayores apuestas por la preservación y protección de su patrimonio tiene que ver con la defensa de las casas de primera línea de playa.

CASCO ANTIGUO LITORAL

La Ley de Costas plantea sobre el papel un hecho contundente: la posibilidad de derribar la totalidad del casco histórico del poblado marítimo como consecuencia de la regresión marítima ocasionada por la construcción en su día del puerto de Burriana. Así lo han reconocido instituciones externas, como la Fundación Goerlich, dedicada a la defensa del patrimonio valenciano, en especial el rural, del que formarían parte estas viviendas.

Apoyos tiene, como el del reconocido arquitecto Juan Miguel Aynat del Rey, que llegó a afirmar en su blog tras una visita a la playa: “Le contaron cosas imposibles de una administración que debiendo proteger a los ciudadanos y al paisaje, se lía y pierde quizás el oremus; ignora la cultura y no parece que sepa qué es lo importante”. A lo que añadió: “Volvió a la ciudad con la duda de cómo hacer llegar un mensaje de cordura a unos oídos sordos: quizás hablando más fuerte, en muchos sitios, con argumentos lógicos frente a la burocracia fría”.