Canto como terapia, como liberación; lo que no se decir hablando lo digo con mis canciones», aseguró ayer a Mediterráneo el eurovisivo Alfred García en visita promocional a Castelló no solamente de su álbum de estudio, 1016, el número que le pusieron en el casting de Operación Triunfo, sino también del concierto que ofrecerá en el Auditori i Palau de Congressos de la capital de la Plana el próximo día 22 de junio (22.00 horas).

Parapetado tras unas gafas negras y tímido a raudales (muy tímido), manifestó que su audición en Castelló «será única» respecto a los otros conciertos que ofrecerá este verano y en los festivales en los que participará, «y que serán mucho más multitudinarios». «En el recital me enfrentaré a mi mismo con un piano y una guitarra para expresar lo que siento», describe García. «Cuento las cosas que me pasan, lo que hay en mi interior, lo más personal», subraya el solista que no puede olvidar, ni renunciar a sus orígenes de OT, «la gran plataforma que sirvió para mi proyección como cantante».

EXPERIENCIA EN EUROVISIÓN // Como tampoco huye de su experiencia en Eurovisión en el 2018 en Lisboa. «Fue algo maravilloso y te enseña, sobre todo, a que las grandes producciones son posibles, y de eso tenemos que darnos cuenta para poder ofrecer espectáculos monumentales», detalló con palabras escuetas, pero tajantes y firmes. De soñador.

Un Alfred García que se encontró con sus fans en el centro comercial Salera en un ritual que habla del futuro de esplendor para un cantante-compositor y viceversa que todavía tiene un largo camino por recorrer. «Necesito crecer mucho», indica desde una humildad casi franciscana.