La cultura es segura. Los profesionales del sector vienen repitiéndolo por activa y por pasiva desde que el país inició su andadura por una extraña nueva normalidad. No son muchos los municipios que atienden a esa reivindicación y para los que lo hacen, no está siendo fácil. Es el caso de la Vall d’Uixó, donde la directora del Auditori Leopoldo Peñarroja, Tania Varo --Olympia Metropolitana-- defiende los esfuerzos que se están haciendo para salvar esta crisis.

- ¿Cuál ha sido la filosofía con la que se ha trabajado la nueva temporada del Auditori de la Vall?

- No está siendo nada fácil retomar el ritmo de trabajo al que estábamos acostumbrados antes del covid-19. El sector se ha visto muy afectado en los últimos meses por esta pandemia, pero este tiempo también nos ha servido para reflexionar y darnos cuenta de la importancia de la cultura, sin la cual no podríamos vivir. Por ese motivo, y con más fuerza que nunca, hemos enfocado la nueva programación. Hemos tenido muy presente que era necesario inyectar un chute de energía positiva, pero no solo eso, hemos apostado sobre seguro, por la calidad.

- En los espectáculos que están organizando, ¿está calando ese eslogan de que la cultura es segura? ¿Se nota en taquilla?

- Bueno, vamos paso a paso. Sí, es así, la cultura es segura. Con todo, si bien es cierto que hemos podido cerrar nuevas fechas para algunos de los espectáculos que se cancelaron debido al estado de alarma y, por tanto, mantener muchas de las ventas que ya teníamos, con los espectáculos nuevos vamos un poco más despacio. Nuestra programación arranca el 10 de octubre y normalmente, en años anteriores por estas fechas, teníamos un porcentaje mayor de ventas. La compra está siendo más de última hora. Sin embargo, y pese a todo, somos optimistas.

- Un concepto ineludible en estos tiempos que corren es el de ‘protocolos de seguridad’. ¿Cómo los ha diseñado el Auditori?

- Tenemos mucha suerte de trabajar en una infraestructura que cuenta con casi 1.000 butacas y con un espacio de grandes dimensiones no solo de la sala sino de los accesos, la caja escénica o el back stage, así que es muy fácil mantener la distancia de seguridad, no solo para el público sino también para todos los que trabajamos de forma permanente o puntual en el Auditorio. Nuestro protocolo incluye mascarilla obligatoria, control de temperatura, desinfección de zapatos, prohibición de permanecer en el hall, uso de gel hidroalcohólico, espacio de una butaca a izquierda y derecha entre las compras de convivientes, limpieza y desinfección permanente de baños, y antes y después de cada espectáculo, distinción de diferentes circuitos de entrada y salida, limitación de aforo en la sala del 75% y en los baños del 50%. En definitiva, el público no puede estar más tranquilo.

- ¿Y en qué se diferenciará la programación de la habitual hasta que llegó la pandemia?

- Estamos enormemente satisfechos con el programa que hemos conseguido cerrar esta temporada, porque ha sido un gran esfuerzo y un duro trabajo. En octubre tenemos teatro para público familiar y adulto, con Momo y L’Electe, viene Asier Etxeandía y Enirco Barbaro con Mastodonte y nos visita el gran mago Jorge Blass. A partir de noviembre, el listón sigue igual de alto: Eugeni Alemany, Ara Malikian, el Ballet Imperial Ruso, La Llamada o Turandot son algunos ejemplos. Quizás la diferencia es que seguimos superándonos.