Muy buen sabor de boca dejó en la tarde de ayer el novillero de la Escuela Taurina de Castellón Héctor Edo en el certamen de novilladas de la localidad navarra de San Adrián, donde se disputa el XVII Trofeo Espárrago de Oro.

Héctor cuajó de principio a fin a su primer novillo, un noble ejemplar de Santafé Martón al que recibió a portagayola, banderilleó con solvencia y eficacia, y muleteó corriendo la mano con mando y buen estilo. Una faena que, esta vez sí, coronó de una gran estocada al primer encuentro, candidata al premio como la mejor del serial, que hizo tumbar al toro sin puntilla. Le dieron la oreja y hubo fuerte petición de la segunda, pero el presidente, muy cicatero, consideró que la actitud del castellonense no era merecedora del doble trofeo.

Así que Héctor salió a por todas en su segundo, un novillo más complicado, pero al que acabó imponiéndose. Pinchó y ya el palco no tuvo a bien sacar el pañuelo que le hubiese abierto una merecida puerta grande. Aun así, las sensaciones que dejó el de Burriana fueron muy positivas.

Quien sí salió a hombros fue su compañero de cartel Alejandro Adame, puesto que mató a sus dos toros de dos estocadas muy efectivas aunque defectuosas.