Juan Bautista Monroig ha sido reelegido presidente provincial de la Federación de Sociedades Musicales para los próximos cuatro años. Monroig preside también la agrupación Vila de Càlig.

-¿Qué supone para usted la reelección como presidente?

--El contar con el apoyo de los compañeros, lo que implica que el trabajo hecho entre todos es bueno y hemos de continuarlo.

-¿Cuáles son sus retos para los próximos cuatro años?

--Seguir colaborando con el Ayuntamiento de Castellón, por ejemplo, en la realización de los conciertos del templete del parque Ribalta; con la Diputación, para los encuentros comarcales y en el asesoramiento para la organización del certamen. También si alguna banda tiene una propuesta de mejora, ayudarla a llevarla adelante cuando sea posible.

-¿Qué le parecen los presupuestos del Consell del 2019 para las bandas de música?

--Son muy buenos. Como todo, es mejorable y siempre diremos que se puede hacer más. Esperemos que se lleven a cabo porque lo que hacen es apoyar la labor educativa y cultural de las sociedades musicales y ayudarles a realizar sus proyectos.

Se puso en la ley de Presupuestos de la Generalitat que, una vez la ayuda aprobada, pudieras solicitar que, en cuanto te fuera concedida, te dieran automáticamente el 70% sin necesidad de justificación previa. Será un gran alivio para las entidades que mantenemos escuelas de música. Todas las subvenciones se pagan pero cuando la administración puede. En mi caso, justificamos la subvención del pasado curso, ha pasado el primer trimestre del nuevo y no se han cobrado aún la del periodo anterior. Esto hace que la sociedad musical tenga que tener una cierta capacidad económica para poder seguir en funcionamiento, pagar al profesorado, la seguridad social, con lo que hay unos meses que vas más justo. Si la novedad se lleva a cabo es un gran adelanto para no pasar de vez en cuando alguna penuria.

-¿Ve suficiente apoyo institucional a las bandas de música?

--Creo que hay mucho apoyo institucional a nivel provincial y autonómico. Hay bastantes programas que nos sirven para hacer actuaciones y financiar la actividad diaria de las asociaciones. Como con todo, siempre se puede ir a más, pero de momento nos tienen en bastante consideración y programas como los que hacen Generalitat y Diputación dan visibilidad a las sociedades musicales.

-Cuál es el principal problema?

--El problema es económico. Siempre estamos pendientes de cada euro. La manera de tirar para adelante es tener una escuela de música. Es como el fútbol: sin cantera que nutra al primer equipo, no avanza. Y esto se hace con el esfuerzo económico de todos, padres, escuelas de música... Y otro problema que empiezo a ver endémico es que al músico le cuesta cada vez más implicarse en el día a día de la sociedad musical. Ves directivas que cambian muy a menudo y otras que hace 15 años que son los mismos. Yo hace 13 que soy presidente de mi entidad (Vila de Càlig) y no es que me quiera dejar el cargo, lo hago muy a gusto, pero a las directivas les cuesta más regenerarse. La gente joven no coge muchas responsabilidades como debería.

-¿Están las bandas mejor ahora que hace cuatro años?

--Creo que estamos mejor ahora que hace cuatro años, todo evoluciona: las escuelas, las sociedades musicales. Llega a un punto que tienes que ver qué quieres hacer y hasta dónde puedes llegar. Tenemos también la ayuda de la Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana. Hay más personal, existen gestores culturales que se preocupan de ayudar a las sociedades a tirar proyectos adelante. Y la buena sintonía entre todas las administraciones. Ha habido un trabajo increíble de nuestro presidente autonómico, Pedro Rodríguez.

-¿Algún proyecto interesante para este 2019 a nivel provincial?

--De momento intentaremos mantener los que tenemos y recuperar o mejorar alguno. La asamblea general de la federación autonómica se celebrará en Vila-real, como se eligió en la última edición. Ayudaremos a La Lira en todo lo que necesite.

-¿Cuántas bandas de música hay en la provincia? ¿Van a más?

--Unas 80 bandas, lo que supone unos 3.600 músicos en una cifra que se mantiene estable. Aparte, hay que contar los alumnos de las escuelas. Algunas tienen 300 otras con 12 ó 15, lo cual es todo un éxito en un pueblo pequeño porque ya tienes de momento el futuro asegurado para una generación. Hay que ver cuántos continuarán. Algunos se lo dejan cuando empiezan a estudiar, porque no todo el mundo tiene tiempo. Aunque para muchos es una válvula de escape de los estudios, cuando vuelven de Valencia, Barcelona o Castellón, el poder ir a estudiar a la banda, otros llega un punto en que pueden.

--¿Goza el sector de buena salud en la actualidad?

--El futuro está más que asegurado, pero empiezan muchos y otros se quedan por el camino, es ley de vida. Algunos siguen y llegan a profesionales. Para otros es solamente una afición.

--¿Hay alguna otra cuestión que quiera destacar?

--Ahora que está de moda la lucha contra la despoblación del interior, las sociedades musicales quizás serían una manera de hacer que la gente se quedara en el pueblo. Muchas veces se tienen que ir por motivos de trabajo, pero si se pudieran mantener y seguir ofreciendo lo que ofrecen: una educación musical y cultura a la gente de un municipio, entonces no hace falta ir a buscarla al municipio de al lado.