El Auditori i Palau de Congressos, el Teatro Principal, el Teatre del Raval, el Casino Antiguo, el Centro Municipal de Cultura, el Menador... y ahora también la ermita de Santa María Magdalena. El oratorio del Castell Vell se ha consagrado como espacio cultural de referencia en la ciudad.

A imagen y semejanza de Es Baluard, antiguo convento de San Francisco de Palma de Mallorca, rescatado como referente cultural de Sa Ciutat, el huertano ermitorio se ha transformado en escenario de actividades culturales de gama alta y que hablan del dinamismo y protagonismo de la cultura en mayúsculas en la capital de la Plana.

Primero fue un excepcional recital de poesía, que reunió a los mejores voces; después un concierto de Andreu Valor, un cantante emergente de la canción en lengua vernácula, y que cuenta ya con centenares de seguidores; y hace unos días un encuentro de corales (Cor Pentecosta, Coral Polifónica Sant Pere del Grau y Coral Veus de Lledó), y cuyas voces de oro que se elevaron al cielo de una Nit de Corals subyugaron al numeroso público que se dio cita en la explanada de la ermita magdaleniense. Unas agrupaciones que interpretaron piezas de todo el mundo.

El presidente de la Coral Veus de Lledó, Manolo Martín, calificaba de «marco incomparable» la ermita para poder «hacer un concierto». «Ha sido extraordinario», manifestó Martín, al respecto.

Una trobada de corales que tuvo momentos «realmente emotivos», cuenta el presidente de Veus de Lledó, ya que se tributó un homenaje a los bomberos y también a Avel·li Flors, creador e impulsor del Cor Pentecosta, «y un castellonense comprometido con la música y las señas de identidad de nuestro pueblo».

CENTENARIO DE MIQUEL PERIS // Una velada, además, «que se enmarca dentro de los actos del centenario del poeta Miquel Peris». De esta forma, el concierto finalizó con la interpretación conjunta de las tres corales de la Nadala del Desert.

El concejal de Ermitas, Enric Porcar, expresa su satisfacción ante un deseo logrado. «Hacer de la ermita de la Magdalena un lugar de cultura, que pueda ser visitada todo el año y que sea el escenario perfecto para la realización de eventos culturales».

Porcar lo ha conseguido y el oratorio del Castell Vell se convierte más si cabe en lugar sagrado para los castellonenses, «referencia para un pueblo».