Ramón Arcusa, el 50% por ciento del Dúo Dinámico, se confiesa en Soy un truhán, soy un señor (o casi) (editorial Martínez Roca), un libro de recuerdos y anécdotas que acaba de publicar. En las memorias del creador y coartífice de algunos de los mayores éxitos de Julio Iglesias, ocupa un capítulo destacado el arduo camino de la canción La, la, la desde que se escribió, la negativa de Serrat a cantarla y su triunfo en Eurovisión de 1968, no exento de polémica.

«Se ha hablado mucho, pero no desde dentro, un relato fiable... y lo que cuento es rigurosamente cierto», advierte de entrada el autor, productor y arreglista de 83 años en una entrevista con Efe, en la que constata que, aunque «molestos» con José María Íñigo por apuntar que la primera victoria española en el festival fue comprada, él afirma desconocer «si hubo tongo o no».

A este respecto, reconoce «que a TVE le interesaba ganar», pero que La, la, la era «de las más potables de ese año y todo el mundo sabía que estaba entre ella y Congratulations, de Cliff Richards», la cual era, en su opinión, «un poco más plana como canción, porque no tiene estribillo, que es el comienzo en realidad».

En Soy un truhán..., editado por Planeta, Arcusa rememora que el tema nació durante un encierro inesperado en un hotel de Ourense a causa de la nieve y que casi se queda fuera de concurso (se presentó media hora antes del final del plazo con una letra provisional de Manolo de la Calva que terminó siendo la definitiva).

Y sobre la polémica negativa de Serrat de interpretar la versión en castellano, Arcusa defiende que desde el principio se planteó el nombre del cantautor y que este grabó dos versiones: una en castellano y otra en catalán. Ante la negativa de TVE a permitirle cantar esta última versión, rechazó participar en el festival, algo de lo que el Dúo Dinámico se enteró «por televisión» pese a la amistad que les unía.

Pero el libro es mucho más que Eurovisión. «Es una dedicación a la música durante 60 años en los que he tocado todos los palos, como cantante, autor de temas propios y ajenos o productor, que es como descubrí a Los Chunguitos y trabajé con artistas como Manolo Otero, Rosa León, Ángela Carrasco o Luis Fierro», destaca.

En ese sentido y como su título apunta, es sobre todo una reivindicación de la obra que Arcusa desarrolló durante casi 20 años junto a Julio Iglesias y que pone al nivel de su trabajo como parte del Dúo Dinámico.

«De lo que más orgulloso estoy es de la canción que da título al libro. Fue la primera que compuse para él. También de Pobre diablo, que fue número 1 en Francia con dos millones de copias, de otras como Quijote o Hey. Cuando me invitó a ir a vivir a Miami para trabajar con él fue una oportunidad histórica para mí y una época brillante de composición con Julio», afirma.

Más allá de un pasaje dedicado a su niñez, un gran parte del libro está consagrado a su asociación artística con Manolo de la Calva desde que a finales de los años 50 se conocieran en la fábrica de motores de Elizalde. Aunque se definan como «el agua y el aceite», señala el músico que solo han tenido una crisis importante como pareja artística en todos estos años y fue por una mujer por la que ambos estaban interesados al poco de comenzar a actuar juntos. «Hacíamos los shows de manera normal, pero en la vida privada no nos hablamos durante un mes», recuerda ahora con humor, antes de recordar la siguiente anécdota.