Antes de su salida de la familia real británica, el pasado 31 de marzo, los Sussex estaban estudiando la manera de ganarse holgadamente su nueva vida lejos de palacio. Enrique y Meghan buscaban trabajo en su nueva aventura americana y ahora parece que lo han encontrado, y muy bien remunerado por cierto. Darán conferencias. Según la revista Town&Country, han fichado por la veterana empresa de relaciones públicas Harry Walker, con sede en Nueva York. Y según el portal Page six, pueden llegar a cobrar hasta un millón de dólares por charla (unos 890.000 euros).

Las conferencias estarán relacionadas con temas importantes en los que ellos se han involucrado, como la justicia racial, la igualdad de género, la salud mental, el empoderamiento femenino y el cambio climático, aseguran desde la agencia, que cuenta también con otros destacados conferenciantes, como los matrimonios Obama y Clinton.

Al parecer, los eventos en los que participaran los Sussex, previo pago, se darán a conocer pronto. Pero desde luego no esperen intimidades. «No hay planes de que hablen acerca de la familia real británica». Muchos de esos asuntos estarían relacionados con la fundación Archewell, su nueva organización y desde la que pretenden gestionar sus esfuerzos filantrópicos. Una fundación que ya nació con mal pie, cuando el covid azotaba Europa.

Harry Walker se presenta como «una exclusiva agencia de conferenciantes que representa a los mejores oradores, los más motivacionales, los más importantes». Además de los Obama y los Clinton, tienen fichados a las hermanas y estrellas del tenis Venus y Serena Williams, los actores Tina Fey y Lin Manuel Miranda, el exalcalde de Chicago Rahm Emanuel, la exprimera ministra australiana Julia Gillard, el exvicepresidente estadounidense Dick Cheney o la expresidenta de Pepsi, Indra Nooyi. Entre sus últimas incorporaciones están también el exjugador de béisbol Álex Rodríguez y el actor Matthew McConaughey.

A falta de nuevos proyectos con Disney -Meghan Markle puso voz en un documental sobre elefantes-, de momento este es el primer trabajo conocido para los padres del pequeño Archie, ahora instalado en una lujosa mansión en el barrio de Bel Air de Los Ángeles. La pareja también tiene que devolver a las arcas británicas el coste de la reforma de su casa de Windsor, Frogmore House.

Se estima que los duques de Sussex precisan de unos 30 millones de euros para mantener su ritmo de vida, empezando por la seguridad, de la que el presidente Donald Trump ya anunció que se desentendía. «Las 12 personas de seguridad que necesitarán los duques de Sussex y su hijo Archie para su protección se financiarán con fondos privados. Es un acuerdo al que llegó la casa real con ellos cuando tomaron esta decisión a principios de enero», aclaró entonces una fuente oficial. El coste anual de esta protección asciende alrededor de un millón y medio de euros, según los expertos. De momento es el príncipe Carlos, padre de Enrique, el que se ha hecho cargo de esta partida.

El verano trae además una novedad editorial para los Sussex. Meghan y Harry, en libertad es el título del libro en el que dos periodistas especializados en la familia real británica cuentan la historia de los duques, un relato que llegará a las librerías en español el próximo 12 de agosto, un día después de su lanzamiento en Estados Unidos.