La alcaldesa de Castellón, Amparo Marco, sorprendió ayer en una desenfadada entrevista concedida a Efe en la que reconoce que, de pequeña, «quería ser monja e ir a las misiones a África a enseñar a leer y escribir». Para evadirse de la rutina, dice, acude a la playa. Reconoce que le gusta leer novelas de templarios y si pudiera escaparse a cualquier lugar del mundo ahora mismo, «sola iría corriendo a la playa del Serradal y con mis hijas a una playa totalmente virgen».