No hubo sorpresas. El sucesor de John Bercow como presidente de la Cámara de los Comunes es el laborista Lindsay Hoyle, que venía ejerciendo cómo número dos del speaker desde hace 10 años y conoce perfectamente el oficio. Hoyle, de 62 años, partía como favorito y después de cuatro rondas de votaciones eliminatorias se impuso a los seis candidatos restantes, obteniendo 325 votos y superando el 50% del total de votos requerido. Como manda la tradición, el vencedor fue arrastrado hasta el sillón del speaker, por dos de sus colegas.

Bien considerado a ambos lados de la Cámara por talante conciliador y su eficacia, aunque la votación era secreta se sabía que contaba con el respaldo de diputados conservadores, deseosos de dejar atrás la convulsa etapa de Bercow, al que veían como un enemigo. De voz suave y estilo comedido, tras la elección prometió «cambiar esta Cámara, pero cambiarla para bien». Sobre su actuación avanzó: «Seré neutral y transparente».

El primer ministro, Boris Johnson, felicitó al recién designado, que tiene «muchas y buenas cualidades». Subrayó que el rasgo que le define «es la amabilidad» y «la amabilidad del speaker es crítica para la manera en que nos comportamos», afirmó en velada referencia al pronto cortante de Bercow. El líder laborista Jeremy Corbyn también felicitó a Hoyle, a quien considera adecuado para el cargo.

Diputado desde 1997 por el distrito de Chorley, en el condado de Lancashire, en el Noroeste de Inglaterra, Hoyle se había dedicado al negocio del textil y la impresión antes de volcarse plenamente en la política, siguiendo los pasos de su padre, que fue también diputado laborista. A los siete años ya le acompañaba por las granjas repartiendo panfletos y octavillas. Su madre fue concejala, y Hoyle lo fue también con 22 años. Su segunda esposa le sucedió en el puesto en 1998. Una de sus hijas trabaja con él. Otra murió trágicamente a los 28 años en el 2017 y a ella rindió tributo su padre, en sus primeras palabras tras el triunfo.

De Hoyle se espera que rebaje tensiones, suavice divisiones y acabe con el nivel de enfrentamiento y virulencia en los debates de los últimos meses.