El rey Bhumibol Adulyadej de Tailandia ha muerto este jueves en Bangkok a los 88 años tras reinar durante siete décadas y ganarse el respeto y veneración de la gran mayoría de los tailandeses. Le sucederá en el trono el príncipe Vajiralongkorn.

Bhumbidol ha sido el decano de los monarcas del mundo. Nació el 5 de diciembre de 1927 en Estados Unidos, fue el segundo hijo varón del príncipe de Songkla, Mahidol Adulyadej, y la princesa Srinagarindra, Mom Sawal, de sangre plebeya. Fue coronado rey en 1950, a los pocos días de casarse con Sirikit Kitiyara Rajawongse, una prima lejana hija del entonces embajador de Tailandia en Francia.

El joven rey comenzó a dedicar un interés particular por los proyectos de desarrollo rural y bienestar social durante las décadas de los 50 y 60, cuando se sucedieron los gobiernos militares. La primera prueba de autoridad y habilidad política la ofreció en 1973, cuando reaccionó ante la matanza de estudiantes que se manifestaban contra el gobierno militar. La intervención real acabó con la violencia en las calles y el entonces primer ministro, el general Thanon Kittikachorn, se exilió y dejó paso a un periodo democrático que no duró mucho.

Un golpe militar amparado por el rey acabó con el experimento democrático en 1976, en un momento en el que el comunismo se asentaba en Vietnam, Camboya y Laos. Los golpes militares se suceden en los siguientes tres lustros: en 1977, 1980, 1981, 1985 y 1991.

El papel que desempeñó el soberano en 1992 ha quedado en la historia oficial tailandesa como la ejemplificación de su reinado, al mediar entre general golpista Suchinda Krapayoon y el movimiento democrático y acabar con la sangrienta represión y abrir el cauce a la celebración de elecciones. Otro momento destacable se presentó en 1997, durante la crisis financiera asiática, cuando respaldó la embrionaria democracia y se pronunció en público en contra de otro golpe militar.

El reinado de Bhumibol celebró su sesenta aniversario en 2006, año del golpe militar que derrocó al magnate Thaksin Sinawatra y abrió una crisis que el país aún arrastra.

El monarca ha vivido rodeando de un equipo de médicos desde que en 1995 fue intervenido en dos ocasiones por problemas cardiovasculares.La última aparición pública del monarca fue el pasado 11 de enero, cuando realizó durante algunas horas una visita al palacio real de Chitralada.

El estado de salud de Bhumibol ha sido un asunto muy sensible en el país debido a la ley de lesa majestad, que castiga con entre 3 y 15 años de cárcel los insultos contra la familia real. Bhumibol, en el trono desde 1946, es el único rey que ha conocido la mayoría de los tailandeses, que lo tenían como un ser casi divino, símbolo unidad y guía de la nación.