Fue el primer sorprendido cuando el Playas de Castellón se puso en contacto con él para ofrecerle una ficha como jugador hasta el final de esta temporada, pero ya lleva dos días ejercitándose a las órdenes de Fran Torres y su único deseo es coger cuanto antes la forma física ideal para ayudar al equipo a salir de los puestos de descenso a División de Plata que ocupa en estos momentos.

Arnaldo Ferreira, de 42 años, revivirá su anterior etapa en el club de la Plana, que concluyó en 1998 y que se prolongó durante casi una década defendiendo los colores albiazules del Playas. Durante aquellas temporadas fue uno de los ídolos de la afición y su gran aportación provocó que una vez nacionalizado español vistiese la Roja en 33 ocasiones.

Ahora regresa como el fichaje estrella del mercado de invierno y pretende ser el revulsivo que saque a los castellonenses el penúltimo puesto de la tabla. “Siempre he sido optimista y tengo una gran ilusión para ayudar al Playas a lograr la permanencia. Habrá que luchar mucho, pero vengo con la misma ilusión del chavalín al que le han dado un caramelo”, indica. Y lo hará porque hay una cosa que tiene clara: “El Playas es el equipo de mi vida, de mis amores. Yo, por el Playas, daría lo que fuera. No he venido por dinero, ni mucho menos”.

Ferreira reconoce que no está en sus mejores condiciones, ya que desde que abandonó el Inca en verano estaba retirado, pero “voy a olvidar los años que tengo y si hay que ir a la guerra, iré”.

NO LO ESPERABA // El hispano-brasileño ha estado siempre muy vinculado a la capital de la Plana y cuando se ha quedado sin equipo ha fijado su lugar de residencia en Castellón. Pese a ello cuando el Playas se puso en contacto con él “pensaba que me ofrecerían trabajar en el club, para ser el segundo de Fran Torres y ayudarle... no pensé que sería como jugador porque estaba retirado. Lo que ha sucedido no sé como explicarlo, pues jamás hubiese pensado volver al Playas, y menos como jugador del primer equipo”.

Ferreira podría debutar mañana ante el Lobelle en el Ciutat de Castelló (17.30 horas), pero de momento ya ha tenido que aguantar las bromas de sus nuevos compañeros.: “Me llaman el abuelo”. Él también muestra su sentido del humor. “Tengo que ver qué contrato me hacen y qué cláusula me ponen, no sea que en verano venga Inter Movistar a fichar a la promesa y no pueda irme...”, bromea.