La lluvia pasó por agua el esperado regreso del ganadero Germán Vidal a las fiestas patronales de Nules, después de varios años de ausencia a pesar de la gran expectación que su presencia siempre genera entre los aficionados.

Llueva, haga frío o calor, la afición es fiel, y así se pudo comprobar en la plaza Mayor, reconvertida durante estos días en coso taurino. Con el entusiasmo remojado, el festejo se desarrolló de la mejor manera posible en las circunstancias sobrevenidas. A ello se empeñaron los rodaors habituales, esenciales para «trabajar a los animales y animar el festejo», como destacó el portavoz de la Comissió del Bou, Pepe Bomba.

En la arena se pudo ver a locales tan conocidos como Javi Edo, José Vicente Bomba, Dani Rubio o Alejandro Badía, que se divirtieron con los astados de un hierro «que hacía tiempo que no venía por Nules». Pese al tiempo adverso, no defraudó al respetable.

UN CARTEL DE CALIDAD / Para este año, la Concejalía de Fiestas que dirige Patricia Cascales, con la colaboración de la Comissió del Bou, ha apostado por «dos ganaderías punteras, como son Germán Vidal y Fernando Machancoses; una que repite del ejercicio pasado, la de Asensi; y otra a la que le tenemos mucha confianza, la de Juan Faet». A uno de ellos, la Associació Gastronòmica i Taurina Esmorçar del Bou le entregará, por primera vez, el premio al mejor trabajo de ramal.

Pero no solo de afición taurina viven las celebraciones y las de la Soledat no serían lo que son sin el marcado tono cultural que las caracteriza. Ayer hubo dos claros exponentes. El primero fue un éxito de taquilla, la actuación de la agrupación Música Viva, dirigida por Miguel Ángel Martínez Montés, con Viva la Zarzuela; el segundo, la tradicional Nit d’Albaes, a cargo de Josep Aparici, Apa.