Querido/a lector/a, aunque a tren pasado, este pequeño, intimo y sentimental rincón, no podía ni debía olvidar el 1º de Mayo. En ese sentido, digo que me fui a la manifestación y, después a comer, de fiesta y de debate político con mis amigos y excompañeros de curro. ¡Si! ¡Cierto! Y, además, desde primer hora de la mañana hasta el atardecer.

La verdad es que no hice nada raro. Simplemente celebre la Fiesta del Trabajo o de los trabajadores. Una tradición que aprendí de mis padres y que, con más de un siglo de existencia y con hondas raíces en las batallas por la jornada de ocho horas, es, posiblemente junto a la bandera roja, la tradición mas universal y persistente del movimiento obrero y político.

Pero si bien es cierto que he hablado de un día de fiesta, de encuentro, de alegría, de comida con la familia, los amigos y compañeros de trabajo, no es menos cierto que también he señalado que durante ese día y en ese ambiente, aparece la manifestación y las proclamas, los discursos, el debate político y la reflexión sobre el futuro y es que, la Fiesta del 1º de Mayo, la fecha elegida, no solo tiene que ver con el nacimiento del buen tiempo que facilita la salida a las calles, sino que, sobre todo, esta vinculada al inicio de la primavera, de la renovación de la naturaleza, y la reformulación del ideal de la clase trabajadora hacia una sociedad más justa. Es en esa dirección y ante el 2018 , cabe recordar que los trabajadores al mirar al futuro y en la espera de conseguir una vida mas adecuada se plantean hoy reivindicar como objetivos imprescindibles y urgentes: más y mejor empleo, mayor salario, pensiones dignas e igualdad de genero sin brechas.

Querido/a lector/a, aunque unos días tarde, larga vida para quienes no han perdido el suelo de que el 1º de Mayo y todos los días del año, los trabajadores se merecen una vida más digna, más justa, más decente ¡Viva el 1º de Mayo!

*Analista político