Siempre he pensado que los políticos debían de ser servidores públicos, gente dispuesta a servir al ciudadano anteponiendo el interés común al particular. Tener unos ideales de servicio al prójimo para mejorar la sociedad según sus ideales y por encima de sus intereses particulares. Y si eso no era, así pues, el mal político, debía, al menos, disimular en aparentarlo.

Por esa simple razón las declaraciones del Sr. Ábalos me dejan cabizbajo y disgustado. Nada más lejos de mi planteamiento las palabras del Sr. Ábalos después de haber mantenido su encuentro/no encuentro con la vicepresidenta de Venezuela en territorio/no territorio español. Y es que el Sr. Ábalos, en política 44 años, ministro del Gobierno de España, en sus declaraciones del día 24 de enero nos informó que «Yo vine para quedarme y no me hecha nadie».

El Sr. Ábalos no ha venido a la política a servir a los demás, el Sr. Ábalos ha venido a la política «para quedarse». Da igual lo que haga, da igual lo que diga, da igual lo que no haga, o lo que no diga, a él no lo echan, y por supuesto, tampoco se va. O sea, se queda.

Y no es que no haya ningún atisbo de reconocimiento de culpa o de disculpas, lo que me disgusta, sino que un ministro, número tres del partido más votado en nuestro país, reconoce públicamente que su prioridad es quedarse, nada de servir a los demás.

Y llego a una conclusión evidente y que es que, en la política como en la vida, hay personas en las cuales prima la tendencia egoísta, como parece ser en el caso del Sr. Ábalos («yo vine aquí para quedarme»). Frase muy parecida a la de «estoy en política para forrarme» nunca dicha por el Sr. Zaplana, pero que parece ser aplicó al dedillo.

Sin embargo, con las declaraciones del actual ministro de transportes se abre una puerta al abismo. Ya ni siquiera hace falta que el mal político disimule que su prioridad es el prójimo, el ciudadano. El político no tiene por qué servir al ciudadano, es suficiente con servir al partido y todos aquellos que quieran tener un cargo/sueldo en este gobierno hacen bien en recordarlo.

Y por todo ello Ábalos ha hecho dos malos servicios a nuestra nación, por un lado, entrevistarse con una persona que no tenia permitida la entrada en nuestro territorio y por otro suponer que con el poder que ostenta en su partido puede estar por encima de su obligación ineludible, que no es otra que anteponer el bien común de todos los españoles al suyo propio.

*Alcalde de Moncofa