Querido lector:

Cada vez que se realiza una proyección sobre el aeropuerto de Castellón se confirma su utilidad y su capacidad para generar turismo. El que se hizo público ayer, una encuesta a pie de campo con usuarios reales de la instalación aeroportuaria a través de la primera compañía aérea que ha comenzado a operar regularmente, Ryanair, incluso mejora los estudios de mercado iniciales. Lo que nos da a entender que si se hubiera puesto en marcha antes, el destino Castellón ya habría conseguido su parcela de notoriedad en el mercado turístico europeo.

La citada encuesta da a entender una serie de conclusiones muy interesantes. Por ejemplo, que el destino del 90% de turistas que llegan a Castellón a través del aeropuerto es la provincia y solo un 10% lo usa para luego desplazarse a Valencia. Es decir, Castellón en sí mismo es destino turístico y su aeropuerto no es una segunda pista del de Manises más barata, como muchos han querido dar a entender, especialmente de la clase política valenciana, entre ellos la misma vicepresidenta de la Generalitat, Mònica Oltra, hace tan solo unas semanas.

Esta conclusión real, producto de un estudio de campo realizado entre octubre y diciembre del 2015, y no sobre conjeturas políticas preconcebidas sin ningún rigor como las de Oltra, ha hecho destacar al director de la Agencia Valenciana de Turismo y secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer la necesidad de paquetizar la oferta de la provincia de Castellón en un futuro próximo como destino potente, al que ha denominado “un tesoro por descubrir”.

Es decir, se pone de manifiesto claramente que el destino Castellón tiene capacidad propia de definirse como tal para un turista europeo a través de un aeropuerto construido precisamente para ese fin. Y se echa por tierra toda la patrañería política que ha estigmatizado al aeropuerto castellonense en los últimos años con fines espúreamente políticos.

El anuncio ayer de Mediterráneo de que Ryanair incrementará los destinos y rutas aéreas tras el verano no viene sino a corroborarlo.