Los cambios políticos se están produciendo a una velocidad de vértigo, por tanto, escribir un artículo como este y lanzar una previsión de futuro comportamiento político es una temeridad.

Creo que en el lado de la izquierda se adivina una etapa de generalizada convulsión. El problema no es nuevo, sino endémico y reside sencillamente en que las recetas socialistas no funcionan, ni ahora ni antes, nunca un país fue más próspero nacionalizando o con una economía planificada, y por tanto, siempre habrá confrontación entre lo que dicen y lo que hacen.

La izquierda hace un discurso acorde con sus postulados de igualitarismo, convincente para muchos, pero en el gobierno, y antes de evitar el colapso de la institución que regentan, abandonan sus ideas, para cabreo perpetuo de los suyos.

1. El PSOE está quebrado internamente, sus jóvenes atendiendo a los discursos de sus mayores, que luego no son puestos en práctica, ya votan Podemos y Compromís. Y lo seguirán haciendo mientras estos últimos no tengan mayores responsabilidades de gobierno.

2. Compromís, por más adoctrinamiento que quiera volcar sobre nuestros jóvenes se encuentra con la enorme limitación que el nacionalismo siempre ha tenido en nuestra tierra, donde más del 90% de su gente se siente orgullosa de ser española.

La coalición gobernante en el Consell, con el “Madrid nos roba” -por la financiación autonómica aprobada por ellos mismos- el cierre de aulas concertadas, la inmersión lingüística del año próximo o la nueva RTVV con 122 millones anuales, no es capaz de compensar una muy deficiente gestión o la caída en un 73% de la inversión extranjera desde su llegada al gobierno.

3. Podemos puede seguir creciendo a costa de los anteriores siempre que no gobierne, cuando lo haga caerá en mayores contradicciones que PSOE/Compromís.

4. Ciudadanos tuvo junto a Podemos un emerger espectacular, motivados por la corrupción y la crisis, pero terminará como UPyD. Hace dos semanas votó el 10% de los españoles, en Galicia y País Vasco, y Ciudadanos sacó cero escaños.

En la batalla del centro derecha el pasado 25 de septiembre el Partido Popular logró 783.000 votos por los 69.000 del partido de Rivera, mientras que las confluencias de Podemos superaron al PSOE en ambas regiones.

La gran dificultad de Ciudadanos es que no depende de lo que él haga sino de lo que dejen de hacer los demás. Renovaciones como las que en Castellón y Valencia encarnan Javier Moliner e Isabel Bonig, los situarán fuera del parlamento valenciano dentro de dos años y medio.

Sobre mi partido cualquier opinión es interesada, pero permítanme que les diga que, con mucho, es el más parecido a los vecinos de nuestra provincia.

La libertad económica y de elección de colegio, médico o lengua, el respeto por historia y tradición y el deseo de eliminar, y no elevar, fronteras entre españoles; son ideas comunes a la mayoría de los castellonenses.

*Secretario provincial del PPCS