La recaudación en las salas de exhibición de cine de todo el mundo podría llegar a caer hasta un 60% en el conjunto del año. Un sector ya seriamente golpeado por el desplazamiento del consumo de la ficción audiovisual hacia el ámbito doméstico, en formato serial y a través de plataformas de streaming , ha sufrido de forma avasalladora el impacto del confinamiento y de las restricciones de acceso. Al igual que en otros sectores, la distribución online , sea de bienes o de servicios, ha salido fortalecida de esta crisis. Pero aún queda mucho partido por jugar. La decisión de Disney de estrenar un blockbuster como la nueva versión en imagen real de Mulan sin esperar a su estreno en las salas aparece como el experimento definitivo que puede quebrar toda la cadena de distribución, y poner en serio peligro el consumo de cine tal como se ha concebido durante años: en (más o menos) grandes pantallas y como experiencia de ocio colectiva y asociada al espacio público. El estreno en salas de Tenet , la esperadísima cinta de Christopher Nolan , es la respuesta con la que una forma de entender el cine dice que aún tiene futuro. De la respuesta de los espectadores a ambos desafíos dependerán muchas cosas en un futuro próximo.