Estudié en un gran colegio público, Pintor Camarón de Segorbe, en un instituto público también en mi ciudad, IES Cueva Santa, y en una universidad pública. De los tres tengo el mejor recuerdo, y si no aprendí más fue por mis limitaciones y no por la calidad de los centros. Mis hijos, ahora, van a un centro concertado. Así lo decidió mi familia, creo en la libertad de elección y en el derecho de los padres a elegir.

Estuve junto a otras 40.000 personas en el concierto del domingo pidiendo respeto a las decisiones de los padres, y a pesar de que la autoproclamada lideresa de la izquierda valenciana, Compromis-Podemos-IU, Mónica Oltra, afirmó que “ahora tiemblan” quienes eligen en libertad, no vi temblor alguno, pero sí una determinación que no imaginaba hace meses ante comportamientos y afirmaciones más venezolanas que españolas.

Muchos padres alzaron la voz el domingo en Valencia, antes en Benicarló o Alicante, y no lo hicieron apelando a criterios económicos, aduciendo que es mucho más barato concertar, ni cualitativos, argumentado que hay mayor calidad escolar cuanta más alta es la competencia, sino tan solo al valor de la libertad. Quieren ser ellos en lugar de Puig y Oltra quienes elijan el colegio de sus hijos.

Derecho recogido en las declaraciones universales y la Constitución, que no debe ser menguado. Para defender una educación pública y de calidad, como todos queremos, no es necesario golpear a la concertada. Además, si el Consell del PSPV y Compromís, con el respaldo de Podemos, sigue con su plan de cerrar las aulas lo único que estará haciendo es elevar impuestos, generar desempleo y reducir libertades.

Por eso, al igual que hice el domingo en la capital del Turia junto a miles de padres, madres, profesores y empleados de los 429 centros concertados de nuestra Comunitat, la defensa de la libertad educativa, tanto en colegios públicos como concertados y privados, debe ser una realidad frente a ataques injustificados.

Es incomprensible que Oltra hable de “privilegios instaurados por el PP” al referirse a la concertada, cuando el número de conciertos es superior en Andalucía, Cataluña o País Vasco, y en ninguna de estas gobernó nunca nuestra formación.

No se trata de pública o concertada, pues apostar por un modelo de educación público y de calidad es compatible con incluir mayores dosis de libertad y pluralidad. Arrinconar un modelo marcado por la calidad educativa que reciben los casi 800.000 alumnos de esta comunidad tanto en centros públicos como concertados o privados es un error. Centros escogidos por las familias. H

*Secretario general PP Castellón