Agosto llega con festividades señaladas y festejos. Tradiciones, emoción y hermandad en fechas en las que los pueblos se vuelven más pueblos, los vecinos más vecinos y las familias se reúnen para recordar lo que aprendieron de sus antepasados y para enseñar a las nuevas generaciones el significado de su emoción.

Peñíscola espera hasta septiembre para celebrar sus fiestas patronales en honor de la Virgen de Ermitana, esperadas por todos y que este año contarán con multitud de actos repartidos en los 11 días que duran. Pero en agosto Peñíscola también vive una jornada de emoción, especial.

El próximo 16 de agosto es Sant Roc, patrón de nuestra localidad. En los últimos años, con la dedicación casi total del municipio a los visitantes, este festejo se ha visto eclipsado por las fiestas en honor a la patrona pero para los peñiscolanos, es una fiesta que se vive con corazón. La tradicional misa, la procesión y la ofrenda floral al patrón es un acto lleno de significado y de devoción, además de la oportunidad para la reina de las fiestas y corte de honor de despedirse de su dedicación a la representatividad del municipio, pues es su último acto antes de proclamar a la nueva regina, el 7 de septiembre. Día de agradecimientos y de reconocimiento de que lo auténtico, lo propio y lo tradicional nos da significado en el presente y nos garantiza la conservación de nuestra esencia colectiva en el futuro.

Mi compromiso como alcalde es el de promover, difundir y perpetuar lo auténtico, lo nuestro, lo que sentimos, la devoción que compartimos y que queremos seguir compartiendo; sin complejos, sin tapujos, sin renegar de aquello que nos han enseñado nuestros antepasados y que queremos que perviva en los corazones también de las generaciones futuras. Si hay otros que prefieren pensar que el sentido religioso de los festejos no cuenta, que la tradición no es importante, allá ellos. Visca la Mare de Déu d’Ermitana i Sant Roc!

*Alcalde de Peñíscola