Cortoplacismo deriva de la locución a corto plazo, término que alude al hábito de actuar con inmediatez o lo que es lo mismo, la tendencia a esperar que algo funcione en poco tiempo. A nivel empresarial, es un método donde prima la consecución de ganancias rápidas, despreciando proyectos e iniciativas que contribuyan a la capacidad futura de la empresa. Es el modus operandi de muchos fondos de inversión que están actuando en empresas provocando desasosiego entre los trabajadores por la incertidumbre laboral.

No hay futuro para el cortoplacista, solo el presente. Preocupa más una publicación de la Harvard Business School que asegura que el cortoplacismo, superado un determinado punto, suele acabar en desastre y revela que es posible identificar un umbral a partir del cual el buscar resultados a corto plazo hace disminuir el futuro de la empresa. La búsqueda de beneficios a corto plazo es un impulso de la naturaleza humana, sin embargo, en el mundo de los negocios esto no es funcional. Y en el de las personas de a pie, tampoco.

Todas las investigaciones dicen que nuestros jóvenes tienen un cerebro hábil para la corta duración y poco formateado para retener datos de larga duración, siendo una realidad las dificultades de retención memorística que suelen tener. En este punto sería muy interesante que se intentara educar la disciplina, el espíritu de sacrificio y la capacidad de espera con el fin de evitar el cortoplacismo al que nos tiene acostumbrados la sociedad de hoy en día. Las filosofías orientales consideran a la paciencia como un don, en el que la mente le dice al resto del cuerpo que todo llegará. Todo lo que vale la pena, requiere paciencia, sin olvidar que la paciencia no es solo la capacidad de esperar, es como nos comportamos mientras esperamos.

*Psicólogo cínico

(www.carloshidalgo.es)