La papeleta que mañana depositaremos en las urnas es el instrumento más poderoso que tenemos como ciudadanas y ciudadanos para elegir nuestro futuro colectivo. Votar es un derecho del que gozamos en una sociedad democrática y no debemos infravalorar su importancia. Generaciones pasadas se vieron privadas de algo tan fundamental como decidir el proyecto común de país a través del voto, que no es otra cosa que la expresión esencial de la participación política. Es un ejercicio individual y libre, pero de consecuencias decisivas y colectivas. Una responsabilidad que no debería ser eludida por pereza, por hartazgo o por indiferencia.

Votar constituye un acto trascendente que no solo afecta al aquí y ahora, sino al porvenir de nuestros niños y jóvenes. Nuestra papeleta no solo define el escenario actual, sino el horizonte al que nos dirigimos. Afectará al día a día, a todos y a todas, al hoy y al mañana. Sus efectos se dejarán notar incluso cuando ya no estemos aquí para verlos.

Este domingo volvemos a celebrar la fiesta de la democracia. Una expresión que no solo refleja la alegría de poder decidir, de ser partícipes de algo grande, algo que nos trasciende, algo que nos une, algo que nos activa y nos empodera. Cuando depositamos el sobre en la urna expresamos nuestras prioridades, nuestras preocupaciones, nuestros anhelos, pero también nuestra frustración, nuestro enfado, nuestra indignación.

El escenario político es diverso. Y cada papeleta apunta a una dirección, como una brújula que marcará el rumbo de España estos próximos años. En nuestra mano está decidir si progresamos o retrocedemos en derechos y libertades conquistadas. La sanidad, la educación, el bienestar, la economía, la igualdad, la sostenibilidad y la convivencia conforman la columna vertebral del país, y dependen de la voluntad que depositemos este domingo dentro de nuestro sobre.

Los castellonenses y las castellonenses han tenido la oportunidad de escuchar las propuestas de todos los partidos en los últimos días. Han podido conocer sus pretensiones, sus compromisos, sus ideas y proyectos, así como las soluciones que cada cual pone sobre la mesa para hacer frente a grandes cuestiones que afectarán a la vida de las personas. Desafíos de gran envergadura que tendremos que afrontar como sociedad. La papeleta de mañana decidirá si siguen en pie o, por el contrario, se laminan amplios consensos en torno a cuestiones fundamentales como la lucha contra la violencia de género; si se profundiza en el Estado del bienestar o se hipoteca lo público; si volvemos a tiempos pretéritos o miramos hacia adelante.

La democracia se ensancha con la participación de todos y de todas. Nos proporciona derechos inquebrantables para nuestra vida, pero para que siga activa y enérgica, es necesaria nuestra voz cuando se decide la senda por la que transitaremos en los próximos cuatro años. Las papeletas que se elijan adoquinan el camino que queremos recorrer como sociedad, trazan las vías hacia un futuro común. Participar en este gran día supone tomar conciencia y elegir con libertad el lugar hacia el que queremos dirigirnos. Celebremos de este día en el que la ciudadanía toma las riendas de su destino.

*Presidenta del PSPV de Castelló