Llevamos ya 46 días de confinamiento. La cuarentena se ha quedado corta, aunque el gobierno ya ha anunciado que el estado de alarma se alargará más semanas y con él se prorrogará el confinamiento aunque sea más blando. Más de seis semanas que no han servido para hacer test masivos a la población sino para perderse en un error detrás de otro en la gestión de la crisis y comenzar una desescalada con demasiados riesgos de un rebrote que ojalá no ocurra.

En Castellón estas 6 semanas no han servido para hacer ver al equipo de gobierno que lo que realmente necesitan los castellonenses son dirigentes que tomen medidas para mejorar la situación de muchas familias que no reciben ingresos, como ha hecho Onda, Benicàssim o tantos municipios que están dando una lección al tripartito de Castellón con medidas valientes sobre rebajas de IBI o ayudas a comercios y autónomos. Ni siquiera se han puesto de acuerdo en un gesto como bajarse el sueldo que se subieron un 50% hace unos meses, y eso que tenían la posibilidad de sumarse a la propuesta del PP de donar la mitad a la compra de test.

No han querido poner las banderas a media asta ni declarar el luto oficial, como sí ha hecho Villarreal que tiene el mismo color político y le ha sacado los colores al tripartito de Castellón, pero es que la gestión de la crisis no entiende de ideologías, entiende de buenos y malos gestores y a los castellonenses nos gobiernan los segundos. Hay cerca de 200 familias en Castellón que nunca podrán volver a la normalidad y que merecen ese mínimo homenaje de su ciudad.

No han tomado decisiones, pero un asesor de la alcaldesa Marco que cobra 35.000€ al año de los castellonenses (ya nos irían bien para test), ha encontrado tiempo para llamar inútiles a los españoles con un meme en sus redes, que todavía no ha sido reprobado públicamente por el PSOE. Los castellonenses han demostrado estar muy por encima de su gobierno, ahora desescalemos con prudencia.

*Secr. Gen. y portavoz adjunto PPCS