Querida amiga: hace años ya publicábamos en estas páginas nuestra correspondencia y compartíamos la vida, contábamos las diferencias y los paralelismos que se dan acá y en tu isla. No usaré el apelativo por el que te conocen. Te llamaré Minerva, el nombre que recibiste para no olvidar a una de las hermanas Mirabal, asesinadas por el dictador Trujillo, el gran Fukú, ese concepto que utilizáis en las Antillas para definir a los malignos, la calamidad, la perversidad. Decidimos combatir juntas el patriarcado que asfixia la vida de las mujeres porque no nacieron para soportar semejantes cargas e ignominia. Me duele que sientas que nada cambia, que te siguen señalando por ser la compañera de un personaje público, que menosprecian tu persona y tu carrera profesional. Ya tú sabes cómo se usa y abusa de las mujeres. Cómo vigilan intentando destruir la honorabilidad de las personas. Llevamos años soportando marcas, nos hierran a fuego como ganado, para distinguirnos y juzgarnos. Coincido contigo en la afrenta que representa etiquetar a las mujeres por sus relaciones personales y mercadear con ellas poniendo precio a la dignidad. Discriminan, perjudican y degradan. Acá, la derecha es experta en herrar, ofender y tejer sombras. Pero el catalogo de «fukús» se extiende por todas partes. Nosotras, como bien escribes, no somos mujeres a disposición de nadie.

La presentación del libro de nuestro colega y amigo Ernest Nabàs llenó la sala del Menador de Castelló. Daniel Gozalbo estuvo brillante y Ernest reivindicó la carrera vital y profesional de las mujeres señaladas, su coherencia y sus luchas. Hoy volveré a coincidir con el periodista y el político Nabàs en una televisión valenciana, volveremos a compartir el emocionante libro de su vida, Memòries d’un Roder. Comunicación y política son espacios apasionantes donde, lamentablemente, se rompieron las reglas del juego y donde se sobrepasan los límites de la decencia.

Te escribo el día después de Eurovisión, ese mundo de fantasías animadas y de tremenda audiencia. Ha ganado Israel, que no es europeo pero lo puede todo. Y ganaba mientras volvía a bombardear Gaza y, además, ante el 15 mayo, el día negro de la Nakba, que cumple 70 años del éxodo palestino, de la ocupación ilegal y del apartheid israelí. La barbarie sigue puntuando en este primer mundo.

*Periodista