Papel mojado. Ocho meses bastan para evidenciar que las promesas del presidente Ximo Puig valen muy poco. Cuando todavía el sector vive los efectos devastadores de la nefasta pasada campaña citrícola, y en puertas de una nueva con idéntica incertidumbre, los productores citrícolas denuncian que no han cobrado ni un euro de las ayudas de mínimos que prometió en enero del año pasado. No se puede jugar con los anhelos de un sector que es fundamental para la economía, el empleo e incluso el medio ambiente de la provincia.

Ni poner en riesgo su futuro, negándole las soluciones y el apoyo que necesita para salir de un bache sin precedentes. En enero de 2019, tras las multitudinarias manifestaciones de los chalecos naranjas, el líder de los socialistas valencianos accedió a sentarse en una mesa a negociar acciones que paliaran la ruina a la que se veían abocados los agricultores por la nula cotización de sus frutos. Campañas de promoción del consumo, créditos bonificados para facilitar las inversiones que mejoraran la productividad, mayor presencia en Bruselas para defender sus intereses… fueron las medidas acordadas entre la Generalitat y los representantes del sector. También la concesión de ayudas de mínimos. Ni un euro de los 8 millones ha visto la luz.

Y nada se sabe. PSPV, Compromís y Podemos miran hacia otro lado. Hoy queda claro cuál fue el objetivo de aquella promesa. Silenciar al sector y contentarlo, y salvar las elecciones. Los comicios se realizaron el 28 de abril, Puig, Oltra y Dalmau se han repartido todos los sillones, pero del dinero y los acuerdos no se sabe nada. Nada, en sentido literal. Y anuncios de recortes anticipan malos presagios.

Nuestros agricultores merecen respeto. La Generalitat no solo debe cumplir su palabra, sino que debe ayudarlos a realizar las reformas estructurales necesarias para que la citricultura vuelva a ser rentable. Y desde luego, acuerdos como el del Mercosur no van a ayudar. Señor Puig, por favor, cumpla lo que promete, pague, y pongase a trabajar por Castellón. Tiene que cumplir con su palabra. Por dignidad.

*Alcalde de Sant Joan de Moro y

diputado provincial