A todos nos ha pasado alguna vez que al ir de un lugar a otro se nos olvida lo que íbamos a hacer o al abrir la nevera no recordamos lo que habíamos ido a buscar. No es un problema grave de memoria, el culpable de estos pequeños olvidos es lo que se conoce como el efecto Umbral, un fenómeno normal que demuestra que nuestro cerebro está sano.

Un estudio de la Universidad de Indiana comprobó con un experimento que la memoria funciona como un ordenador en el que diversas tareas están abiertas funcionando simultáneamente. Se les enseñó a unos universitarios un juego virtual que consistía en moverse por un edificio, llevando objetos de una habitación a otra. Cada vez que los participantes se movían alrededor del espacio cargando con un objeto, otro aparecía en una esquina de la pantalla. Si el objeto mostrado era igual al que estaban transportando en ese momento, debían hacer apretar el botón de «si». Los investigadores comprobaron que pasar por el umbral de una puerta incrementaba la probabilidad de que olvidaran el objeto que estaban llevando.

Decidieron repetir el estudio en la vida real y los resultados coincidían: pasar de un cuarto a otro hacía a los estudiantes olvidar lo que estaban haciendo. Así, los científicos llegaron a la conclusión de que nuestro cerebro ve las puertas como un punto de corte. Por eso, cuando vamos de una habitación a otra solemos olvidar a que habíamos ido, y explica porqué hacemos una pausa en la conversación cuando al conducir atravesamos un cruce de caminos complicado. Todo se debe a que cuando cambiamos de entorno nuestro foco de atención cambia, afectando eso a la memoria. Al no poder concentrarnos en todos los estímulos a la vez, nuestro cerebro se relaja (olvida) ciertas tareas.

*Psicólogo clínico

(www.carloshidalgo.es)