Hay quien cree en eso del karma, esa convicción de que la vida te devuelve el mal o el bien que haces, y pienso que eso debe de estarle pasando a Pedro Sánchez de la peor manera posible. El efecto boomerang le está dando en la línea de flotación desde el primer instante. Y es que no se puede ir de ser el más íntegro, honesto y modelo a imitar, porque más pronto o más tarde la fachada se desploma y no tienes más remedio que admitir que eres un ser humano con tus virtudes y tus defectos.

Estar en la oposición puede ser muy sencillo, si uno se dedica única y exclusivamente a destruir al que gobierna. A eso se dedicó el PSOE, especialmente con Pedro Sánchez al frente: destruir al PP y cualquier argumento era válido para ello. Eso de la gestión y el proyecto político es lo de menos, lo importante es atizar al líder contrario y para ello, cualquier argucia es válida.

El empeño del PSOE y de quienes le han aupado a La Moncloa, pasaba por desacreditar a las personas, que no a los políticos y ante cualquier indicio de debilidad, hacer sangre, sin contemplaciones. Cuando se les agotó el tema de la corrupción, porque la Justicia ha hecho su trabajo, pese a ellos, empezaron a rebuscar bajo las alfombras. Todo les parecía legítimo y razonable.

Todo les parecía legítimo y razonable hasta que el karma les plantó cara. Dos dimisiones en menos de 100 días. Los de la integridad, los de somos perfectos y todo lo hacemos bien, resulta que también venían con defecto de fábrica.

Ahora todos están mirando con lupa cada punto y coma del currículum de los políticos, es la nueva tendencia. Y no digo que esté bien o mal, que sea más o menos ético que uno decida adornar sus aptitudes para parecer más o menos de lo que es, allá cada cual con su conciencia. Lo que digo es que hemos rebajado la gestión política a eso. Ese es el espectáculo que estamos brindándoles a los ciudadanos.

Lo del empleo, el desarrollo económico, las políticas educativas y demás, igual lo dejamos para otro día...

Quienes empujaron a quien pudieron al lodo, ahora se enfurruñan por tener los pies llenos de barro. Recogen lo que han sembrado. Sin más.

*Concejal y presidente del PP de Nules