España se encuentra en estado de alarma. Autonomías como la Comunidad de Madrid y Cataluña piden al Gobierno el confinamiento. Las ciudades se vacían, las empresas anuncian expedientes de regulación de empleo y parones de la actividad durante las próximas semanas. En muchas partes de España, se cierran bares y restaurantes y todos aquellos comercios que no sean servicios de primera necesidad. En la Comunitat Valenciana, la Generalitat también decretó el cierre de la restauración, además de gimnasios, locales de ocio, discotecas... Europa, como dijo la Organización Mundial de la salud (OMS), es hoy el epicentro de la pandemia global, y dentro del Viejo Continente España es uno de los focos más importantes, debido al espectacular repunte que se vivió ayer, con cerca de 1.500 casos en apenas un día. En pocos días, la situación ha cambiado completamente y la crisis sanitaria internacional por el coronavirus se ha hecho patente en todo el territorio español, donde Madrid continúa siendo la zona más afectada, con casi la mitad de los afectados.

De ahí la declaración del estado de alarma, el más leve de los tres estados excepcionales que están previstos en la Constitución Española, y que está previsto para grandes catástrofes, crisis sanitarias o paralizaciones graves de los servicios públicos como consecuencia de huelgas o conflictos laborales. En su alocución Pedro Sánchez advirtió de que habrá un repunte de los contagios, e hizo un llamamiento a la solidaridad con los colectivos de riesgo. No dio detalles sobre las limitaciones concretas, que se hará oficial hoy en el Consejo Ministros. Esta vaguedad generó cierta confusión, sobre todo en lo que se refiere a la limitación de movimiento, y le valieron al Gobierno críticas de la oposición y de algunas comunidades autónomas, como la Comunidad de Madrid, que juzgan excesivamente lenta y reactiva su actitud ante la crisis. Aun así, las medidas que decidirá hoy el Consejo de Ninistros se prevén drásticas, con restricciones contundentes a la movilidad. El cierre del espacio aéreo está encima de la mesa. Otros países europeos, como Polonia, República Checa, Eslovaquia y Dinamarca, han cerrado sus respectivas fronteras.

Entre las medidas tomadas ayer y las que el Consejo de Ministros tomará hoy se consumará la paralización de la vida cotidiana en España. Empieza un camino de al menos dos semanas inédito en la historia. La solidaridad, el civismo y la comprensión de los ciudadanos serán básicos para poder salir de esta crisis sanitaria que ya ha tomado la forma de una enorme crisis económica. Más que nunca, responsabilidad.