Mientras el presidente Obama visitaba oficialmente Cuba, en un último esfuerzo de reafirmar la voluntad de ambos países de reiniciar unas relaciones entre países vecinos, normalizadas, después de años de aislamiento, Europa, una vez más, sentía, en su centro político más neurálgico, Bruselas, el dolor del ataque terrorista de los yihadistas quienes, unidas sus distintas fracciones, sabotean la democracia y vejan a los países que defienden a aquellas gentes a las que ellos atacan, humillan y asesinan, llevando a cabo acciones violentas mediante la inmolación de sus atacantes u otras tácticas.

Muy triste es el balance de muertos y heridos. En esta ocasión, la fecha y los lugares de ataque, parece ser que estaban planificados de antemano. No ha sido nada improvisado. Se rumoreaba que se iba a producir un ataque en algún lugar de Europa, de vital importancia. De hecho, todos los países de la Unión Europea tenían un alto nivel de alerta en vigor que, aunque esto viene siendo habitual en los últimos tiempos, no por ello hay que bajar la guardia.

No entro en temas religiosos, pero dudo que Alá apruebe estos actos y pido a los líderes religiosos que contribuyan a calmar los ánimos de aquellos que, por diversas razones, crean que sus acciones garantizan la supremacía de unos sobre otros, mediante actos de violencia. (‘an alllah yurid ‘ann). Que así sea. H

*Secretaria provincial de Derechos Civiles del PSOE-PSV de Castellón