Querido/a lector/a, hace unos días y con vocación de influir en el debate de la futura reunión de la OTAN, el presidente Donald Trump de EEUU mando una carta a varios lideres de países OTAN, entre ellos Pedro Sánchez, quejándose de que no contribuían lo suficiente con la Alianza. O dicho de otra forma, advirtiéndoles de que no cumplen con el 2% del PIB (España con el 0,92% en el 2017, es uno de los países que menos porcentaje dedica al gasto militar) en eso que, aunque el mundo y sus peligros cambien, siguen llamando la defensa común de Occidente. Además, en el caso de España la crítica de Trump ha sido mayor porque parece ser que Cospedal y Rajoy, aun teniendo minoría en el Congreso de Diputados y sin dialogar con la oposición, por su cuenta y riesgo se comprometieron a un fuerte aumento militar. Tanto que en el 2024 querían que fuera el 1,53% del PIB, de 19.000 millones de euros.

Querido/a lector/a, todo indica que a lo largo de la historia de la humanidad han sido muchos los Estados que desde el ejercicio de su libertad han asumido o firmado acuerdos que no solo no han cumplido sino que, después, incluso han hecho lo contrario. Así es que, por citar algunos incumplimientos famosos de base humanitaria y de necesidad extrema, señalaré los del Milenio sobre la pobreza, los del 0,7% por la Cooperación y el Desarrollo, los de la integración social de los inmigrantes en la UE, los de la ONU contra la ocupación israelita y a favor de los palestinos, etc. Por lo tanto, así lo pienso y así lo digo y escribo, que en un mundo con tantas desobediencias y vulneraciones, y a la vez repleto de asuntos de elevada exigencia que afectan a la vida y a la muerte de millones de seres humanos, parece que lo prioritario, lo lógico y apropiado, no puede ni debe ser aumentar el gasto en armas. Evitemos el compromiso y digámosle al presidente Donald Trump de Estados Unidos que se vaya a la mierda.

*Analista político