Iniciamos la semana en el sur de la provincia con un fuerte sabor agridulce, nos quedamos en fase 0. Muchos pequeños empresarios, muchos trabajadores, alentados por las falsas expectativas del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, creían que este lunes ya podrían abrir las puertas de sus negocios o acudir a su puesto de trabajo. Sin embargo, la realidad es otra, y es que se quedan en casa.

Todos ellos ven azotadas sus esperanzas al tener que dejar bajadas las persianas de sus negocios una semana más. Al igual que con los hospitales de campaña, que nunca llegaron a tiempo, y ahora tampoco han servido para pasar de fase. Ni esto ni ninguna otra medida, para ayudarnos a restablecer la nueva normalidad.

Sin embargo, no me gustaría ser negativo, tomemos la situación por el lado positivo. Esta semana de retraso nos servirá para estar más seguros y más preparados para ir retomando la actividad. Los comercios y locales podrán prepararse mejor, la gente deberemos continuar concienciándonos de que el covid-19 continua aquí, de que no se ha ido y nos va a acompañar. Y precisamente por ello debemos ser cautelosos en todas las acciones que realicemos.

Porque la nueva realidad es esa, y no otra, el virus continuará presente durante todo el año y, aunque en las noticias no aparezcan hospitales llenos de enfermos, todos correremos el riesgo de contraer la enfermedad. Serán entonces las medidas que nosotros mismos tomemos las que van a evitar que la contraigamos o que nuestros seres más queridos lo hagan.

De nada servirán las medidas que se impongan a peluquerías o a restaurantes si cada uno de nosotros no nos lavamos las manos constantemente; de nada servirá el envío de mascarillas a domicilio si nos saltamos de forma habitual las distancias de seguridad. Dejadme pues que concluya con este llamamiento a la responsabilidad individual, porque si bien es cierto que este virus lo pasaremos muchos de nosotros, cuanto más tardemos en pasarlo más experiencia y medios habrá, y por tanto mejor para todos.

*Alcalde de Moncofa