Durante este fin de semana estamos compartiendo y celebrando los festejos que hace siete ediciones, cuando dieron el pistoletazo de salida, pusieron ya de manifiesto que Peñíscola se vuelca con las actividades en las que juntos hacemos pueblo.

Tras las emocionantes y multitudinarias fiestas patronales de septiembre, en las que muchos peñiscolanos y peñiscolanas siguen inmersos en sus trabajos orientados al sector turístico, llega un fin de semana de noviembre en el que nos trasladamos en el tiempo y revivimos emociones compartidas, comunes y momentos que nos recuerdan y se inspiran en los festejos en honor a nuestra patrona. Los «no pasarán», los tarareos de nuestras danses y el traninaniná siempre están presentes cuando nos juntamos para celebrar la peñiscolanía que compartimos con todos aquellos que la quieren conocer y compartir.

Las fiestas arrancaron el viernes noche con la ya tradicional torrà popular que sucede al encendido de la traca anunciadora de los festejos. .

En el día de ayer, más de una veintena de paellas protagonizaron la jornada en la Plaça de Bous, donde se daban cita los más paelleros. Hoy, por su parte, la jornada esta dedicada a los más pequeños, con la instalación de juegos infantiles junto a la carpa de los festejos, donde a mediodía continuarán las actividades gastronómicas con una fideuà popular. El fin de fiesta será de lo más dulce, con una chocolatada popular.

Todo, gracias a los preparativos y trabajo de la Concejalía de Fiestas y las comisiones de fiestas y taurina, coordinados por la concejala Raquel París, a quien quiero felicitar y reconocer su entrega y su pasión por engrandecer la celebración. Junto a ella, la incombustible corte de honor, que se dedica, preocupa e implica en todas aquellas actividades que nos unen como pueblo. Estoy orgullosísimo de poder contar con vosotras, con todas y cada una. Un abrazo afectuoso y ¡feliz fin de fiesta!

*Alcalde de Peñíscola