Siempre que se escribe sobre muertos es un tema delicado, más aún si el lector piensa que se está hablando de sus muertos frente a los muertos de otros, y sobre todo si nos ponemos a hablar de los muertos de nuestra guerra civil, hasta el punto que da la impresión de que los muertos todavía estuvieran en guerra en el más allá.

También tengo claro que este artículo recibirá muchas críticas, algunas de ellas serán objetivas, pero otras muchas de personas que han obtenido un rédito político que esta nueva guerra de los muertos.

HACE 40 AÑOS que estudié por primera vez la guerra civil en el colegio Cervantes de Moncofa, hacía, aproximadamente, 40 años del final de la misma. Entonces me enseñaron que aquello fue un enfrentamiento entre hermanos. Hoy 80 años después de su final parece ser que la historia es otra, y es que dicen que la historia la escriben los vencedores, los vencedores de las elecciones del momento.

Ahora parece ser que se trata de una guerra entre buenos y malos, como en las películas de vaqueros de mi infancia, donde se enfrentan los indios (malos) y vaqueros (buenos), y todos sabemos cómo acabó la conquista del oeste para los indios. Y ¿cuál es el punto de vista de los vencedores?, muy distinto al de los vencidos, como pasa siempre. ¿Tal vez la realidad no sea un punto intermedio?

En estos momentos parece estar olvidado lo del «enfrentamiento entre hermanos» y los vencedores de las recientes elecciones se afanan en recordar a los represaliados de un bando (que merecen este recuerdo), olvidando a los represaliados de otro (que igualmente merecen el mismo tratamiento).

SIN EMBARGO, me pregunto si en la guerra de los muertos que está ocurriendo lo que realmente se está buscando no es otra cosa que un rédito político fruto del enfrentamiento, y aunque está claro que a nadie nos interesa olvidar nuestra historia para no repetirla, creo que tampoco es conveniente dividir a nuestra sociedad entre buenos y malos buscando un mejor resultado electoral actualmente.

¿Alguien es conocedor que el pasado 29 de agosto se cumplieron 83 años del asalto por parte de milicianos republicanos al barco prisión Isla Menorca en el Grau de Castelló? ¿y del inmediato fusilamiento de los 57 presos políticos en las playas del Pinar, del Serrallo y la carretera a Almassora en Castelló?. Ni yo mismo.

¿Alguien sabe que la calle Mártires del Barco fue renombrada en los años 80? ¿Es necesario rememorar todos estos hechos que ocurrieron? No lo creo.

ADEMÁS, no nos olvidemos que, a diferencia del viejo oeste, aquí hemos conseguido recomponer nuestra nación y crear una democracia mucho más participativa y real que la de la Segunda República. Muchos años después, y gracias a los buenos y a los malos (que los hubo en los dos bandos), gracias a los vaqueros y a los indios, hoy en día tenemos una sola sociedad fruto del mestizaje de la que formamos parte todos. Toda la sociedad

PREGUNTÉMONOS si a nuestra sociedad le conviene una historia que sea escrita cada cuatro años por el bando ganador de elecciones, o una historia que con perspectiva de futuro hable de un enfrentamiento entre hermanos que hubiera sido mejor que nunca se hubiera producido. ¿Hasta cuándo habrá una tregua en la guerra de los muertos? ¿Hasta las próximas elecciones?

*Alcalde de Moncofa