Querido/a lector/a, un amigo me ha mandado un WhatsApp en el que se ve a Elly Schlein, la exeurodiputada de izquierdas del PD, plantándole cara en plena calle a Matteo Salvini, el líder ultranacional de la Liga. Un acto de denuncia pública que deja constancia de la hipocresía y falsedad de quienes levantan muros de odio contra los inmigrantes, acusan a la UE por no hacer nada por la acogida, pero luego no van a ninguna de las reuniones que la UE convoca sobre inmigración.

La verdad es que me alegré de ver el compromiso cívico y político de gentes como Elly Schlein. Pero, me alegré, sobre todo, que se responda y encare públicamente a estos fascistas postmodernos. Digo con ello que si bien es cierto que la regla de la convivencia y la democracia exige considerar las opiniones de todos, en este caso hay que combatirlas porque no son opiniones ingenuas, son inmorales, no respetan la dignidad de los otros y ponen en peligro la libertad y la democracia, hacen daños a los ciudadanos y al conjunto de la sociedad. Callar sería perder valores, ser cómplice.

No obstante, no podemos perder de vista que plantarles cara es necesario, imprescindible diría, pero no suficiente. Mientras el mundo sea el que es y se mantenga y avance en línea con el orden neoliberal (élites que utilizan la política y los políticos como guardias jurados de sus privilegios, sociedad con clases y con intocables de arriba y de abajo, injusta e inhumano reparto de la riquezas...) y olvide la defensa del bien común y la mayoría social, millones de ciudadanos desde la desesperación que genera el no encontrar una vida digna, se lanzan a las manos de estos salvapatrias del muro, la insolidaridad y el odio.

*Analista político