Esta semana he sufrido una de las experiencias más detestables que una persona que tiene como objetivo servir lealmente a su pueblo, pueda vivir y me indigna.

La Guardia Civil acudía al Ayuntamiento de Benicàssim para solicitar una documentación necesaria para una investigación que se instruye desde un juzgado de Tarragona. Hasta aquí, todo normal. La policía hace su trabajo. Pero me indigna que la visita de los agentes judiciales en una investigación que tiene alzado el secreto de sumario se diera a conocer en una filtración a la prensa, antes que al propio ayuntamiento. O a nadie, si debía ser discreta y eficiente. Pero no. Lo que se pretendía era el escarnio público. El postureo. El sacar imágenes de un ayuntamiento, gobernado por el PP, bajo la sombra inexistente de la duda. Los agentes solo se llevaron copia de la documentación de un contrato absolutamente legal que mantiene el Ayuntamiento desde el 2009. Año en que gobernaba el tripartito: PSOE, EU y BLOC-Compromis.

Precisamente, Compromís, Ara Benicàssim y sus acólitos, incendiaron las redes sociales calumniando y difamando sobre que esta alcaldesa y este Ayuntamiento estábamos siendo investigados. Solo quien no tiene argumentos sociales busca en la mentira su razón para hacer política. Exijo que rectifiquen y restituyan el nombre de Benicàssim. H

*Alcaldesa de Benicàssim