El cardenal Antonio Cañizares ha manifestado recientemente y en un acto público, su postura ante los homosexuales, lesbianas, transexuales y bisexuales, es decir el colectivo que compone la LGTB.

Que la familia es importante, por supuesto y a los hechos me remito. Las leyes existentes en diversos países sobre la adopción por parte de parejas de otra tendencia sexual a la tradicional, es buena prueba de que estas personas sienten la necesidad de ser, de un modo, progenitores de adopción y esto es importante.

¿Por qué hay que crear una fobia hacia un grupo de ciudadanos que por el hecho de no sentir lo mismo que otros, se les intenta marginar?

Recordemos las palabras del papa Francisco: “Yo no soy quien para juzgar a los homosexuales, etc”. Por supuesto que no. Por otra parte, no olvidemos los casos de pederastia, homosexualidad y lesbianismo que se han dado y se dan en el seno de la iglesia católica. Así pues, considero que las declaraciones del cardenal arzobispo son del todo inadecuadas, pero, todo hay que decirlo, ya ha pedido disculpas por sus declaraciones sobre los inmigrantes en Europa, diciendo que fue un error decir que éstos, los inmigrantes, eran como el caballo de Troya. Del todo innecesario. La apertura de miras, dentro de unas normas de comportamiento, es la base para una nueva sociedad sin trabas ni condenas. H

*Secretaria provincial de Derechos Civiles del PSV-PSOE de Castellón