Actualmente, la importancia de las redes sociales y las aplicaciones de mensajería en las campañas políticas, es indudable. Hoy se hace comunicación y luego se adapta la política.

Al principio, internet y las redes se veían como una cosa diferente, como una esfera donde los partidos hacían cosas no habituales durante las campañas. Se hablaba de no estar en línea y estarlo (off line/on line). Ahora todo es lo mismo, no existe esa distinción. Hoy hacer campaña implica gestionar bien las redes. Sólo en población muy envejecida, las redes juegan un papel mínimo, siendo éstas un termómetro y un sondeo constante para los políticos.

La comunicación ha pasado a ser un medio y no un fin, como por ejemplo los partidos que hacen una cosa en la oposición y otra distinta en el Gobierno. Antes se hacía política y luego se comunicaba, ahora no. Algunos politólogos consideran este hecho como el fracaso de la política. Las tecnologías son nuevas pero la condición humana es vieja. No es la red la que estropea al político, sino el político el que contribuye a estropear la red. Los partidos se han quedado muy vacíos de talento y son los primeros que renuncian a un debate de profundidad, ideas, programa y van al mitin fácil, a lo estomacal y emocional e internet amplifica y multiplica, nunca suma.

Antes internet era un sitio donde se iba a buscar votos. Ahora eso ha cambiado, los partidos y las campañas preparan mensajes particulares, para reforzar posiciones, movilizar electores cercanos, etc. También se busca un mensaje para indecisos. Sobre los contrarios o aquellos que nunca se pueden convencer, la estrategia de los partidos no pasa por dialogar con ellos sino intentar desmovilizarlos y ponerlos en contradicción con su partido y sus creencias.

*Secretaría Área de Políticas Sociales y LGTBI PSPV-PSOE Castellón