Sonia Alejo Martínez recibirá esta tarde el V Premio Clara Campoamor. Recuerdo perfectamente la sorpresa con la que recibió mi llamada para comunicarle la concesión del galardón, exactamente idéntica a la que mostraron sus antecesoras. Suele ocurrir que quien más lo merece resta importancia a sus méritos. Y Sonia lo merece y mucho, más todavía por ser una avanzada en las artes escénicas, donde abrirse camino suele ser difícil, más difícil si cabe para una mujer.

Dramaturga, actriz, alma mater de una compañía teatral, mujer en constante aprendizaje... Inició su andadura en la Escuela Municipal de Teatro de Almassora y lleva viviendo sobre los escenarios más de media vida. Hoy sube al de la Casa de la Cultura de Almassora para recoger un premio que impulsé durante mi etapa como concejala de Igualdad. En 2015 tuve el inmenso honor (y la responsabilidad) de presidir la primera concejalía dedicada a este fin y de conocer las dificultades, a menudo extremas, que sufren muchas de nuestras vecinas solo por ser mujer.

Firmar la adhesión al protocolo Viogen de seguimiento de la violencia de género supuso otra bofetada de realidad. Y tan necesario sigue siendo que tiempo después creamos la figura de la agente de Igualdad en la plantilla municipal. Y después aquel Día Internacional de la Mujer pasó a ser la Semana de la Mujer y hoy tiene programación para todo el mes. Programación continuada desde el departamento de Igualdad, que se ha hecho extensiva a Educación, Cultura, Juventud y tantos otros. Así lo entiende este equipo de gobierno, como una cuestión que afecta a todos los departamentos.

Por eso en octubre creamos el Bus de la Festa con paradas a demanda para volver a casa con seguridad, impulsamos con Cruz Roja el programa Juntes de acompañamiento a víctimas de violencia de género y aprobamos nuevas tasas que tienen en cuenta a familias monoparentales, casi siempre formadas por mujeres.

Lo dije el año pasado y lo mantengo ahora: quienes hoy se niegan a apoyar la lucha feminista son los mismos que en los 80 se opusieron al divorcio, poco más tarde al aborto y en 2005 al matrimonio homosexual. Ahora se divorcian y se casan con quien quieren gracias a esos derechos que reivindicamos los demás. Sí, seguiremos haciéndolo.

*Alcaldesa de Almassora